James
Las tazas de té habían quedado vacías hace un rato pero seguían sentados frente a frente. James sentía un nudo en la garganta y se mantenía firme ante los ojos acuosos de Regulus. Solo quería saber cómo su ex novio había llegado a eso.
Regulus lo dejó hace casi un año con la pésima excusa de ser el único Black que podía pasar el apellido y que ya no podía perder el tiempo en una relación que jamás saldría a la luz.
Le parecía una estupidez sinceramente, porque era verdad que habían peleado algunas veces ese último año, pero no creyó que fuera tan grave para terminar.
Él nunca había querido mantener eso en secreto, ni siquiera en Hogwarts. Pasó los últimos meses del colegio mintiéndole a sus amigos porque estaba enamorado y no se había sentido así antes, porque creía que pronto Regulus estaría de acuerdo en huir de su casa y vivir con él.
Quería decirle a Sirius que estaba enamorado de su hermano, pero Regulus nunca quiso hacer público nada y él no quería meterlo en problemas con su familia. De cierta forma lo entendía, sabía cómo era la familia de su novio y aunque él le ofreciera una vida diferente, el orgullo de Regulus por ser el Black que su familia necesita era mucho más que una proposición de alguien que apenas se graduaba de Hogwarts.
Lo amaba demasiado como para perderlo por discusiones sobre hacer público su noviazgo. Había llorado el último día de clases porque sentía que todo iba a terminar y no estaba seguro si había enloquecido o estaba completamente enamorado de Regulus para haber comprado un departamento en Londres muggle.
Un lugar en una zona completamente distinta a lo que ellos acostumbraban, solo para que Regulus sintiera que nadie iba a encontrarlos ahí. Sonrió hasta que sintió calambres en las mejillas al leer la carta de su novio aceptando seguir viéndose así.
Las cartas iban y venían durante todo un año porque James no podía ir a verlo a Hogsmeade, alguien podría descubrirlos.
Tres años siendo novio de Regulus eran suficientes para saber que quería estar con él, el resto de su vida.
Es por eso que una parte de sí mismo había muerto cuando Regulus terminó con su noviazgo.
"Hay que dejarlo aquí, ya no tiene caso seguir intentándolo"
Esa frase llegaba a su mente todas las noches desde hace un año.
A veces le era imposible no encerrarse en el baño más cercano para llorar, no quería que sus amigos lo vieran así pero le costaba respirar cuando pensaba en Regulus, lo extrañaba demasiado y eso lo estaba matando.
Cuando creyó que ya había superado esa parte emocional de él, Severus llegó con información de algunos integrantes en el bando opuesto.
Ahora lo tenía frente a él. Sirius lo vio y James sin pensarlo corrió hacia Regulus. Recuerda casi resbalar con algo y la reconoció enseguida, tomó la varita de su ex novio sabiendo que tenía que ir por él antes de que lo encontrará alguien más.
— ¡No tienes por que saberlo, no tiene nada que ver contigo!
— Claro que tiene que ver conmigo — James estaba perdiendo la compostura también, — quiero saber desde cuando, quiero saber si fui demasiado idiota y ciego para no notarlo.
Claro que en el pasado habían existido los gritos, era común en ellos levantar la voz y más siendo tan fieles a sus ideales. Los últimos meses que estuvieron juntos habían discutido demasiado.
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SOUR
FanfictionEl sabor de la vida siempre tiende a ser agrio, no importa cuánto ames o cuanto disfrutes los momentos importantes, todo termina y ese sabor ácido se queda para siempre. Regulus sabía que nunca tendrían un final dulce pero James no quería perder la...