Un Ángel

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Después de aquella aclaración de Matteo a Carmen la cual realmente no le puso mucha atención y decidió ignorar para después hacercarse a ella y acariciarle dulcemente el rostro a ella esto causó que en la chica recorrierá un escalofrío para nada desagradable al contrario le causó una sensación demasiado agradable

La mujer la miró con una sonrisa demasiado dulce lo cual causó que el corazón de Lucrecia saltara de alegría no sabía el porqué de aquella sensación pero la hizo sentirse demasiado segura

Niña linda debes de tener mucha hambre - la tomó de la mano - ven hermosa - la tomó de la mano y cuando sintió su mano la miró preocupada - hay mira nada más como tienes las manos preciosa - para después mirar desaprovatoriamente a Matteo - que desconsiderado de tu parte no abrigarla debidamente no vez que trae las manos heladas - después tomar a la chica del brazo - ven te daré algo de tomar para que te calientes y te daré un Plato de  Ropa Vieja es un platillo de mi hermosa Cuba - mientras la chica asentia con entusiasmo

Matteo quien solo observó la escena sin entender solamente sonrió con algo de nostalgia no entendía el porqué Carmen había actuado de esa manera con ella pero eso le había causado una pequeña sonrisa si bien sabía Lucrecia carecía de amor maternal, saliendo de sus pensamientos decidió responder a aquel regaño que había recibido por parte de Carmen

Bueno por algo la traje acá - le recalcó mientras que la mayor lo voltiava a ver - quería quedarse a dormir en el hospital así que se hubiera muerto totalmente del frío así que hoy se queda acá a dormir - mientras que la adulta solo le sonrió y después dirigió la vista a la chica

¿Que pasó niña linda porque te encontrabas en el hospital? - la miró preocupada - cuéntame que pasó niña - se sentó frente a ella en la mesa

Lucrecia le contó todo lo que había oasado con su hermano omitiendo siertos detalles pero en medio de la conversación fue interrumpida por un llanto lo cual hizo que Matteo se apresurara a levantarse de la mesa y correr a uno de los cuartos cosa que no pasó desaoersivida para ambas mujeres pero más para Carmen quien noto la mirada de Lucrecia

Fue a ver a su pequeña Solecito - sonrió entusiasmada - al parecer ha desertado de su sueño

¿Sol es su hija verdad? - la mayor asintió - ¿y Luna donde está? - Carmen hiba a responder pero fue interrumpida por la voz del chico

Luna murió hace cuatro años - mientras entraba acompañado de una pequeña niña que venía recostada en el hombro del chico mientras que se chupaba la mano al parecer tenía hambre

Cuando Lucrecia la vio no pudo evitar soltar una sonrisa la niña tenía el cabello rizado al igual que Matteo pero su cabello era color caramelo como el de Luna, la niña era de piel clara como la de su madre y ojos cafés verdosos realmente era toda una belleza la combinación perfecta de aquella pareja

Pará Carmen no pasó desapercibida la reacción de la chica al ver a la pequeña era algo común en las personas que la conocían al parecer no sólo herero algunos rasgos físicos de la madre sino que también proyectaba alegría a su alrededor tenía el mismo ángel que Luna

Ella es igualita a Dulcito - exclamó con nostalgia - mientras que se paraba de su asiento - realmente lamento tu perdida Matteo - lo miró a los ojos para después bajar la mirada - yo a Luna la quise mucho apesar que no mantuve mayor convivencia con ella era demasiado fácil querer

Matteo asintió con comprensión el sabía que fue asi Lucrecia siempre se mostró trasparente antes sus sentimientos por Luna se había encariñado con la chica era de aquellas personas con el corazón más puro que podía haber conocido y con un corazón más grande

Lo sé - bajo la mirada - se que le llegaste a querer a tu manera pero la quisiste - sonrió con melancolía para después soltar un carraspeo y dirigir la mirada a Carmen - me ayudas a prepararle el biberon por favor - para después ver a la niña quien le robo una pequeña sonrisa y después le deposito un sonoro beso a la niña quien sonrió ante el gesto de su padre - mi pequeñita Solesito tiene mucha hambre verdad presiosa - mientras que ella asentia sonriente

Perfecto ahora te ayudo con el biberon de la princesa y tu - señalandolo - te toca cambiarle el pañal a la muñeca que hasta acá me llego el olor uff - hizo una mueca de desagrado mientras que Matteo sólo sonrió ante el gesto al igual que Lucrecia

Me parece muy bien - sonrió como respuesta - vamos princesa - y regreso por el mismo lugar de donde había venido llevándose a la niña en brazos

Lucrecia quien se había quedado en la cocina junto con Carmen la ayudó a recoger algunas cosas de la mesa pero al final fue retarda por Carmen quien la mandó a descansar

Cuando ya se encontraba listo el biberon Carmen le pidió favor a la chica que se la entregará a Matteo quien al parecer se encontraba muy entretenido con la niña y al final se retiro para su casa que se encontraba al lado de la librería de León pues ya se encontraba canzada

Cuando fue en busca de la habitación donde se encontraba Matteo se guió por medio de las voces que salían de una de estas

Cuando abrió la puerta se encontró con una faceta de el que nunca pensó ver era aún Matteo bailando a su hija mientras que la llenaba de besos en la mejilla la canción que sonaba de fondo era can't help falling in love de Elvis Presley

Eso hizo que ella soltara una pequeña sonrisa ante este gesto pero fue sorprendida por Matteo quien acababa de darse cuenta de su presencia

Eso hizo que ella soltara una pequeña sonrisa ante este gesto pero fue sorprendida por Matteo quien acababa de darse cuenta de su presencia

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Hasta Mi Último Dia/Dos Extraños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora