𝐁𝐀𝐉𝐀 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐄𝐒𝐓𝐈𝐌𝐀 | Ray x T/N

〔Extra〕

Esta parte no tiene nada que ver con la historia en general, solo es algo corto que quería describir en forma de desahogo, y como Ray es uno de los personajes que uso para desahogar todo lo que me pasa decidí hacer este extra.

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Eran al menos las 5 de la mañana cuando despertó, no podía creerlo, de nuevo había dormido tan solo 2 horas, no era posible que durmiera tan poco.

Volteó a ver su escritorio y ahí vio varios sobres de té los cuales olvido tirar, ya ni siquiera el té lo ayudaba a dormir, debía buscar algún otro método para poder conciliar el sueño, era más que obvio que tardaría en encontrar otro método que no fueras las pastillas de dormir de su madre, no quería depender de eso para poder dormir al menos unas horas.

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Su cansado cuerpo se dirigió al baño, al verse al espejo pudo notar las enormes bolsas negras que se formaban debajo de sus ojos, se veía del asco.

Mientras retiraba su pijama no podía evitar sentirse asqueado al verse al espejo, ¿por qué no podía ser como aquellos adolescentes lindos de su escuela? Era una maldita porquería, se odiaba demasiado, si era necesario no  comer durante días solo para bajar de peso, lo haría, no quería los absurdos consejos de las personas lindas, delgadas y altas diciendo la estupidez de
"Quierete tal como eres, eres perfecto"
Eso era una puta mierda. Claro, como a ellos siempre los iban a preferir antes que a cualquiera, es que hasta sus malditas calificaciones eran perfectas, odiaba que aquellas personas perfectas que eran queridos por todos le dijeran la estupidez de que se quisiera tal y como es.

Una vez con el uniforme puesto se dirigió hasta el cuarto de sus padres, habían salido muy temprano así que no había nadie. Se dirigió hasta el cajón de su madre y ahí estaban, aquellas pastillas que tanto anhelaba. Una tía suya se las había regalado a su madre con la excusa de que después del embarazo de Ray había subido de peso, claro que Isabella nunca las uso y solo las dejo arrumbadas en su cajón, aun que ya no estaban tan arrumbadas, hace al menos uma semana había descubierto aquellas pastillas.

Una vez se encontraba consumiendo una de aquellas pastillas. Sin más salio de su casa, no había desayunado, solo tomó aquella pastilla, esto iba para mal.

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Mientras más caminaba hacia la escuela más ansioso se ponía, odiaba los lugares con demasiada gente, lo ponían ansioso, ya había sufrido diversos ataques de ansiedad por el simple hecho de estar rodeado de gente que no conoce. Como la vez que no encontraba a sus padres y le dio un ataque de ansiedad, claro que también le habian dado diversos ataques de ansiedad como la vez que tuvo que pasar al frente a exponer, no hace falta decir más, arruino la exposición de él y sus amigos, se hecho la culpa durante días a pesar de que sus amigos le decían que no pasaba nada y que no tenían problema alguno.

Se estaba quedando sin aire, no encontraba ni a Emma, ni a Norman, ni siquiera encontraba a su novia ____ y estaba rodeado de demasiada gente, todos parecían mirarlo fijamente, es como si millones de miradas asesinas se clavaran en ti esperando que cometieras el mínimo error para dispararte y matarte, pero bien sabia que solo era su jodida imaginación, su terapeuta ya le había dicho varias veces que no siempre necesariamente te miran de mala forma, pero el seguía sin entender.

—Hola, Ray.- reconoció esa voz.-

—Hola, ___.- por fin podía calmarse un poco.-

—¿Estas bien?... estas sudando... ¡Oh! Ven, vámonos, creo que se que te pasa, le hablare a Emma para que nos encuentre.- sin más tomo la mano de su pareja guiándole hasta un lugar más solo. Se sentía protegido, ella sabía bien de aquellos ataques que solía tener, y ella trataba de protegerlo a toda costa.-

No iba a mentir, la amaba, pero se sentía una carga para ella, no quería siempre depender de ella o sus amigos, sabía que todo estaba demasiado mal con él, pero debía empezar a superar aquella ansiedad que lo carcome todos los días.
Ella era tan buena, entonces, si la ama tanto, ¿por qué le cuesta tanto expresarse? Ella trataba de expresar su cariño, pero al ver que Ray todavía no estaba listo, decidió ir despacio sin que él se pidiera. La amaba, de eso estaba seguro, pero no quería meterla en más problemas, seguramente ella tenía suficiente con el propios problemas, no quería que cargará con los suyos los cuales probablemente eran el triple de los que ella podría tener, aun así, tampoco quería comparar sus problemas con los de los demás.

"Amo a mi chica, pero ella no vale la precio."

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De nuevo otra vez en el baño en la escuela vomitando la comida que había comido, había dejado de provocarse el vomito hace unas semanas, pero, o su cuerpo se acostumbro o las pastillas hacen que vomite todo lo que coma, probablemente era la segunda.

Salió de cubículo y se dirigió a los lavabos a lavarse la boca, era asqueroso verlo en ese estado, si sus amigos, padres o pareja se enteraron de su estado seguramente les daría mucho asco a todos.

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15 minutos para que su receso acabara, todos reían, y sonreían, o eso creían, tal vez había alguien que no lo hacía del todo a pesar de estar unido a aquellas risas.

"Tomé mis píldoras y estoy feliz todo el tiempo
Estoy feliz todo el tiempo."

¿Cuánto tiempo tenía que fingir que nada dolía? ¿Cuando tiempo más tenía que fingir que no dolía? ¿Cuánto tiempo más aguantaría? ¿Cuánto tiempo más tendría que fingir que no tiene serios problemas de ansiedad, que tiene baja autoestima, que se siente asqueado de su cuerpo y que vomita todo a su alcance? ¿Cuánto tiempo más iba a fingir que toda su vida iba bien? ¿Cuánto tiempo más debía fingir que estaba feliz? No lo sabía, pero debía aguantar lo que fuera posible, ya era demasiado débil, lo mínimo que podía hacer era aguantar un rato más.

『. . .』

—Ray, te quiero.- dijo ____.-

—Y yo a ti.- beso la frente de su novia antes de alejarse lentamente.-

—Oye... no quiero meterme en tu vida, pero, si algo malo pasa, házmelo saber, estoy para ti en las buenas y en las malas.- otra vez ____ siendo buena, el era un asco, no podía más.-

—Te haré saber cualquier cosa, lo prometo.- lo prometió, el lo cumpliría.-

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Que asco se daba, fingiendo que todo estaba bien cuando todo estaba del asco, no podría aguantar mucho más, pero debía... debía aguantar.
Tomo aquella navaja y de nuevo había nuevos cortes.

—¡Eres débil, mínimo debes mantener la boca cerrada!.- se dijo a si mismo.-

El aire comenzaba a fallarle, aquel sudor frio bajaba por su frente y palmas de las manos, aquel cuerpo tembloroso, todo indicaba de mal en peor.

Empezó a destruir todo a su paso, tirando todo lo que fuera posible y estuviera a su alcance, no podía más, odiaba todo esto, odiaba ser él, odiaba tener baja autoestima, odiaba no ser lindo.

—¡ME ODIO TANTO!.- Su último grito salió antes de caer al suelo con las muñecas ensangrentados.-