★彡ᴛʜᴇ ɢʀᴇᴀᴛ ɢɪɢ ɪɴ ᴛʜᴇ sᴋʏ 彡★
Errores, son infinitos y la vida promedio de un humano termina a los setenta y nueve... A excepción de quienes viven hasta los ciento cincuenta años, pero Mikey dudaba llegar a esa edad y no es por el hecho de estar admirando la ciudad de Tokyo desde la azotea de su apartamento en un dieciséisavo piso.
Todos cometen errores pero llegados a este punto, Sano cree que toda su vida es un error, su mente está tan llena de problemas y está tan cansado y consumido por el "¿y si?" pues sabe que desde niño siempre fue muy dramático y siempre pensó que a la hora de irse lo haría mientras era recibido por los brazos de un dios todo poderoso mientras un coro de ángeles cantaba su canción favorita.
Manjiro no era ateo, simplemente odiaba a la religión.
Great gig in the sky era la canción que se reproducía en estos momentos, el frío del aire que chocaba contra su rostro le hacía sentir extrañamente en casa. Estaba harto de llorar y de atormentar a sus amigos, llegó al punto sin retorno, no tiene a quién recurrir, se siente estúpido y vacío.
Él considera que no hay nadie que se preocupe lo suficiente pues ha sido una carga toda su vida, para "Kenchin", Emma, Shinichiro, su abuelo e incluso Takemichi.
¡Oh! Sí Takemichi, esa linda persona que intenta motivarlo... Probablemente lo hace por pena o para limpiar algún karma. Sus amigos deben de estar atascados en alcohol, consumiendo drogas como bestias y los que no, deben de estar durmiendo o teniendo las mismas crisis existenciales que él mismo tiene.Algo malo hemos estado haciendo porque al parecer todos queremos morir, sin embargo nos inunda un terror inexplicable, hay algo que nos aferra a seguir viviendo.- Al menos a la mayoría. - Manjiro ya no quiere seguir viviendo y es que lo ha perdido todo.
Tuvo la oportunidad de casarse con una mujer preciosa que lo amaba y la dejó ir por perseguir el camino de la fama, todos sus amigos se alejaron cuándo comenzó a comportarse de forma agresiva, tenía problemas con el alcohol algunas sustancias que lo volvían loco. Ya no tenía comunicación con su familia y la única persona que estaba presente y parecía preocuparse, a Mikey no le cabía en la cabeza que pudiera tener intenciones sinceras.
Estaba tan roto que desconfiaba de todos.
Mikey siempre quiso ser ingeniero aeronáutico, pero la ciencia terminó absorbiendo todo de él, así conoció a esta persona tan curiosa, estudiaba ingenieria aeronáutica igual que él y debido a ciertos proyectos en grupo comenzaron una amistad que dura hasta estos tiempos, sin embargo Mikey jamás se percató de que esta persona había caído ante sus encantos.
Sin embargo, en estos momentos Mikey no tiene cabeza para pensar en esta persona tan especial o en nadie más pues lo consume una gran tristeza. Admite que al principio fue divertido, toda esa fama y dinero se le subieron a la cabeza pero ahora estaba solo, sabía que alguien vendría tarde o temprano por sus peces, tal vez Kenchin les daría un buen hogar en un ambiente feliz y luminoso; no uno oscuro y gris como en casa de Sano.
Aquella pieza de Pink Floyd se reproducía una y otra vez, la consideraba una joya de la industria musical y terminando su trago lanzó la copa lo más lejos que pudo, desde el balcón, sin importar que le cayera sobre la cabeza de alguien, posteriormente sube a la pared sintiendo el vértigo con el aire chocando salvajemente contra su rostro.
Lo único que sintió fue cuándo sus pulmones colapsaron por la muerte instantánea, realmente no sintió dolor.
En efecto, Manjiro escuchó los coros de ángeles y fue recibido por aquél ser etéreo y celestial pero mientras él era recibido por los cielos, Takemichi Hanagaki, persona tan importante en la vida de Manjiro Sano recibía la invitación al infierno en vida.No podemos decir que Manjiro no lo intentó, él lucho con todo pero al final la depresión suele llevarse a los soldados que han peleado durante mucho tiempo... Probablemente en otra vida sus almas puedan quedarse juntas.
★彡ᴛʜᴇ ɢʀᴇᴀᴛ ɢɪɢ ɪɴ ᴛʜᴇ sᴋʏ彡★
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The great gig in the sky. [M. S × T. H]
FanfictionComo ser humano la perfección va más alla de nuestro límite, sin embargo como los insolentes que somos no podemos evitar querer llegar a la epitome de lo perfecto, sin considerar que todos tenemos errores y los errores son parte de nuestra formación...