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Alguien mátelo por favor.

Apresúrense antes de que el mismo se mate.

Acaba de vivir la mayor vergüenza de su vida.

En serio estaba reconsiderando ir a hablar con Sasaki para que lo entierre o que lo asfixie con sus plantas.

O pedirle a Minami y Takahashi que le exploten la cabeza con sus gritos sónicos.

O pedirle a Hattori que se lo coma vivo.

O pedirle a Takami que le corte la cabeza con una de sus plumas.

. . .

¿Quieren saber que sucedió para que llegáramos a este punto?

¿Sí?

Bien.

Recapitulemos.

•UN PAR DE HORAS ANTES•

Era la hora del almuerzo y sus amigos estaban soltando ideas de todo tipo para que él pudiera declararse.

Aunque no estaba prestando atención a lo que decían.

¿Qué?

Ninguna idea lo convencía.

No lo malentiendan.

Agradecía de gran manera la ayuda que sus amigos le estaban brindando.

Pero sus ideas no eran buenas.

Mantuvo ese pensamiento unos 10 minutos, cuando la voz de Midoriya le llamó la atención.

Bueno, no la voz.

Si no la idea que había dicho.

La idea era esta, ya que estaban en la hora del almuerzo Shinsou iría y le regalaría un batido a Monoma, en agradecimiento por ayudarlo el día que se fracturo la nariz y así podrían empezar una conversación.

Muy fácil ¿Verdad?

Había comprado el batido favorito de Monoma, fresas y avena.

No pregunten cómo es que lo sabe.

Se debatió un buen rato en si ir o no.

Estaba nervioso, para qué mentir.

El solo imaginarse estar cerca de Monoma y entablar una conversación con él hacía que su corazón se acelerará.

Suena muy estúpido, pero comprendámoslo.

Es un adolescente de 16 años enamorado.

Tengámosle un poco de compasión.

Pero volviendo al tema.

Después de un par de ánimos de parte de sus amigos, luego de preguntarles si se veía bien, recibiendo una afirmación se encaminó a la mesa que el rubio compartía con sus amigos, Kendo, Tetsutetsu y Pony.

Iba con su típico rostro inexpresivo y calmado, pero por dentro era todo un manojo de nervios.

No fue mucho lo que tuvo que caminar para estar frente a su mesa.

Pero antes de llegar pudo ver cómo Monoma daba un pequeño brinco en su silla, para luego levantar su mirada encontrándose con la suya.

Observó cómo los ojos de Monoma lo vieron con sorpresa, hasta que estuvo frente a ellos.

Específicamente, frente a Neito.

El cual se puso de pie después de que Shinsou dijera su nombre, el rubio le sonrió.

AMOR ADOLESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora