" CAPITULO 1 "

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Stephanie Rogers estaba perdidamente enamorada de thor odinson, pero para ella era una persona totalmente inalcanzable. Tal vez por simple razón de contar solamente con 16 años y un serio complejo con cuerpo. ¿La razón? Igual de simple que la anterior, su cuerpo no se comparaba con las demás chicas que rodeaban a Thor.

La primera vez que lo había visto fue en primer año de secundaria, y él era el nuevo alumno del instituto, al más popular. No solamente era popular por ser nuevo sino por la cordialidad al tratar y la ternura con la cual sonríe. Para ella, y para un par de alumnos más, el aire misterios que lo envolvía era sumamente embriagador.

Stephanie se arrodilló y junto sus manos en forma de rezo. Hoy, como tantas otras veces, estaba en la capilla de aquel colegio religioso en el que ella cursaba. Cerró los ojos y murmuró su más profundo deseo: no ser ante los ojos de su amado una pequeña niña, sino una verdadera mujer. Con un cuerpo más desarrollado y estilizado al igual que un rostro más maduro. Lo deseaba con su alma porque inevitablemente lo amaba.

La joven estudiante se sobresalto de sobre manera al escuchar un ruido, observando a su alrededor con pánico y vergüenza. Alguien había escuchado su rezo, y eso que siempre se encargaba que la capilla estuviera solitaria para aquellos momentos.

Thor odinson está ahí.

—Tú eres la que viene todas las mañanas, ¿No es así? —pregunto con aquella sonrisa característica mientras se acercaba a la avergonzada colegiala de pies a cabeza—. Pides demasiado.

Sólo en ese momento se atrevió a elevar sus por demás expresivas perlas color azul y mirarlo de frente. Permaneció muda mientras tomaba la mano que él le ofrecía para levantarse.
Stephanie pensó que podía morir en ese momento.

— ya eres linda — hablo nuevamente cuando la tuvo frente a él y acarició la mejilla sonrojada de la joven—. ¿Cual es tu nombre?

Stephanie se paralizó al instante y cómo era de esperarse sus mejillas aumentaron ese color carmesí, dando un poco más de vida a su Nivea piel.

— step... Stephanie Rogers— tartamudeo, pero al fin y al cabo las palabras le saliero. No quería pasar más vergüenza frente al chico de sus sueños—. Estamos en el mismo año. Tercero de secundaria.

Thor simplemente volvió a sonreír antes de tomar el rostro de la joven con ambas manos de una forma delicada. Se acercó lo suficiente para depositar un beso en la frente de la sorprendida Stephanie.

Cuando pudo volver a reaccionar se encontraba totalmente sola en aquella capilla. Su amiga Nat tenía razón, Thor era encargado de mantenerla limpia. Por eso era que todas las mañanas se dirigía a este luga, le pertenecia a una familia sumamente religiosa. Pero a pesar de ser el alumno más popular y siempre estar rodeado de las más hermosas estudiantes, él no se interesaba por ninguna.

Intento todo el día concentrarse pero le fue en vano.

Suspiró de felicidad mientras caía en la cama y abrazaba a su almohada con ahínco. Cada vez que recordaba aquel besó y esas palabras no podía evitar sonreír casi como una tonta y desear con todas sus fuerzas que su deseo se volviera realidad.
Se sentó de golpes dejó de lado aquella almohada al tiempo que sus ojos se paseaban por la pequeña estantería que contenía libros.

<< tal vez >> pensó cuando una idea cruzo su cabezas, si no recibía la ayuda de Dios podía utilizar la magia. Se reincorporó de un salto, cómo si la cama le quemará, y con pasos apresurados acortó la distancia que la separaba de su objetivo. Un extraño libro de hechizos que logró comprar una semana atrás en una antigua librería; por casualidad dio con aquel lugar. Revolvió un par de estantes antes de dar con el libro. Gritó eufórica cuando lo tuvo entre sus manos.

VIRGIN CRISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora