Capítulo final

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—¿Estás bien?—. Harry volteo a ver a Louis, el cual estaba sentado atrás suyo en el caballo. El omega solo asintió y se acurrucó más en la espalda del alfa. —Bien bonito, ya casi llegamos a otro pueblo, ahí puedes mostrarte si quieres.

—Gracias alfa.

El caballo siguió, pasaba por el tranquilo bosque, todo el hermoso lugar dejó encantado a Louis, pasaba su mejilla de un lado a otro en la espalda de Harry, casi seguro, quería demostrarlo.

Harry noto un olor llegar a su nariz, uno que lo dejo aturdido, casi pierde el control, pero se calmó, hablo nerviosamente.

—Llegamos—. Aviso el alfa, bajo del caballo y lo llevó hacía un pequeño potrero, estaba frente a una tienda y lo ató a un tronco, ajusto bien las bolsas con ropa y comida, y tomo a Louis en sus brazos, tenía un saco muy largo, parecía un vestido.

Harry sonrió con el pensamiento, su hermoso omega, vestido de blanco y con unos hermosos ojos azules.

—Vamos a comprar comida para unos días, tazas y todo lo necesario para una nueva casa—. El omega lo vio con ojos grandes. —Si, al fin comparemos una casa cerca de un lago.

—No—. El omega negó y alfa paro de caminar. —Solo la casa, yo me encargo de lo demás, yo quiero hacerlo.

—Bueno, todo lo que tú quieras—. El alfa dejo un beso en su cuello y Louis se sonrojo, tomo su mano y la acercó a los labios del alfa, este la beso.

El omega quería gritar, el alfa lo trataba tan bonito, y nunca trato de atarle sus manos y sus pies, jamás lo ubiera pensando, al ser un adolescente encerrado por su padre, era imposible creer ser feliz, aún peor con el horrible destino que sufrió su hermano, tenía la idea de que así terminaría el también.

Tenía tantos sueños, tantas metas, aveces podía soñar que corría por grandes prados, moviendo sus manos y creando tantos aparatos que podía imaginar funcionando.

Pero cayó, su espíritu libre termino igual de atado que su cuerpo físico, por primera vez aceptó que necesitaba ayuda, quería brillar, necesitaba que alguien cortará sus cuerdas, porque el ya no tenía fuerzas.

Harry lucía tan brillante, tan hermoso y seguro, ¿Será que llegó a salvarlo? Buscaría en él su propia luz, buscaría ayuda para poder correr.

—Lejos—. Dijo el omega al otro alfa, este lo miró y Louis, por más extraño que le parecía, no bajo la mirada, solo empujó un poco a Harry para que esté lo apoyará.

—¿He? O si si, la que él quiera—. Hablo Harry, el vendedor solo se resigno a seguir las órdenes de Louis.

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—Listo, la casa está algo vieja, era barata por eso y por estar lejos del pueblo—. Harry dijo después de llegar, Louis salto a sus brazos y caminaron hacia el pórtico, todo se veía inestable, para Harry un desastre y se disculpaba con la mirada, Louis solo veía algo muy dañado, pero con esfuerzo la haría brillar.

—Gracias Harry—. Su nombre en esa voz se oía alucinante, el alfa sonrió y le beso la mejilla, el omega aún no mejoraba así que tenía que seguir siendo cargado.

—No podemos entrar, al menos hasta mañana en la mañana cuando empieze a arreglar todo, no quiero que te lastimes—. Dejó al omega sentado en el pórtico y este solo le sonrió, Harry algo nervioso lo imitó.

Empezaba a anochecer, Louis le pidió madera y algunas ollas, haría algo de comer para los dos.

—Huele muy bien—

—Gracias—. Tenía que dejar de sonrojarse por cualquier cosa. —Pásame un plato—. El alfa lo hizo y le sirvió la carne que acababa de asar y algo de verduras fritas.

Ambos comieron hasta que la fogata empezó a bajar, no fue una gran cena, pero le sentó bien a ambos, era necesario ya que Louis empezaba a sentirse ansioso.

Al amanecer Harry hizo lo que tenía planeado, pero antes le hizo un improvisado columpio, el alfa tenía mucho tiempo de sobra, y mientras Louis trataba de columpiarse solo, el alfa cortaba algunos árboles y arreglaba algunas cosas que faltaban.

Solo en la tarde Louis pidió que hiciera otra fogata para hacer otra comida rápida, aunque se encargó de que fuera muy nutritivo para su alfa.

Todo era tan relajado que parecía mentira.

Los días pasaban y Louis solo esperaba que del lago una enorme ola se levantará y destruyera la casa, o que algún gran animal llegará y matará a su alfa y después a el, quizá llegue una terrible nevada y la madera y teja que su alfa se esforzó mucho por poner termine en el suelo.

Quizá un día Harry se enojé y terminé por volver a atarle las manos, tal vez deje de tomarse un tiempo para fregarle las piernas y ponerle ungüentos para que recupere el movimiento, deje de amarcarlo para acercarle al fuego para que no sienta frío, o tomarle la mano para dejarle un beso a su mordida.

Dejaría de preguntarle cómo está y decirle que era bonito y ya no esperaría a que el se sonrojara y ya no escucharía su risa.

Pero eso nunca sucedía, el alfa conforme la casa mejoraba, tenía mejor humor, era como su Harry no espera que algo muy malo va a llegar a arruinar su día, eso fascinaba y asustaba a Louis, el alfa se dejaba llevar, como si volará, convertía los problemas en nuevas oportunidades, Louis lo pensaba, pero nunca llegaba a hacerlo.

Solo cuando la casa estuvo terminada, después de algunos días con clima feo, y un Louis algo enojado, la pareja calmo sus problemas, porque si uno se sentía mal, el otro no podía llegar a ignorarlo.

Calmaron sus instintos, sus preocupaciones.


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Me gustó, la verdad me gustó demasiado.

Aaaaaa!! Falta ya poco para que terminen clases y ya no lo soporto más.

En fin, vuelve Nico.

Elmo lxs ama

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