5- Botella de vino.

5 0 0
                                    

Nota
Me disculpo con tod@s por la demora en los capítulos. Cómo muchos de ustedes sabrán estudio y entreno. Y entre ese tiempo y el de hacer los trabajos que me quedan no me queda mucho tiempo para escribir. Por ese motivo intento hacer los capítulos largos (y porque siento que abarca más lo que debería abarcar sin dejar huecos) Agradezco a tod@s su apoyo y su paciencia, intento estar más activa en Instagram con algunas dinámicas y pistas para alimentar teorías.
Se les quiere y aprecia a todos

En capítulos anteriores de "La dama de sangre"

Lilith fue atacada por el "militar".

Descubrimos que Lilith sana de manera rara.

VJR apareció durante dos párrafos (uy qué misterio)

Alexis no merece el premio del mejor jefe.

El dinero sigue desapareciendo.


5- Botella de vino.
DAMIAN

Las cicatrices nunca dejan de doler. Es algo que la gente suele decir cuando un evento los marcó. Pero en realidad la frase es cien por ciento real a nivel físico, nunca deja de doler. O al menos es lo que Lilith dice.

Todos nosotros tenemos cicatrices, algunas más grandes que otras. Muchas ocurren mientras somos niños, hacemos alguna estupidez o desobedecemos esa advertencia que nos hacen nuestros padres, al final estas se convierten en alguna historia graciosa que podemos terminar contando a alguien.

Pero por otro lado están las cicatrices que sucedieron muy rápido para procesarlo, cortes, un accidente, un incendio. Marcas que suelen ser más dolorosas y casi nunca traen una linda historia detrás.

Antes pensaban que solo era cuidarlas y evitar que se infectaran, pero con lo que sucedió ese día lo que menos me preocupaba era que tal estaba la espalda de Lilith, me preocupa más cómo manejaba el luto, me preocupaban las heridas mentales que se crearon ese día.

Las cicatrices no son solo físicas, muchas pasan a ser mentales.

Así que cuando entro a la sala y veo a mi querida mulata recostada encima de la barra de la cocina revolviendo su té mientras tiene la vista perdida en algún punto de la cocina. Sé que algo sucede.

—Buenos días.

—Hi. — saluda saliendo de su trance.

—¿Cómo amaneciste? —me siento a su lado.

—Pase derecho.

—¿Otra vez?

Suelta un suspiro y le da un sorbo a la taza —Sip, el dinero sigue sin aparecer y este mes no ha desaparecido nada por ahora.

—¿Y no es bueno?

—No.

—¿Por qué?

—Puede que ya no roben más, pero también puede significar que se están preparando mejor para el siguiente golpe.

Lilith apoya su cabeza en la fría barra y cierra los ojos un momento.

—Este mes está siendo una mierda— se levanta y pasa sus manos por su rostro y entra a la cocina con la taza en las manos —Se enfrió mi té, ¿Quieres uno? — pregunta depositando el líquido rojizo en una olleta pequeña.

Asiento y ella pone un poco más de agua a la olleta, saca de la repisa una pequeña cajita y de la caja saca una bolsita de té y la mete en la olleta. Luego enciende la estufa y toma un paso de distancia de esta, deja la olleta encima y se queda mirando la flama durante unos segundos, pero esos segundos se van alargando y su mirada lentamente se va vaciando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La dama de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora