Tormenta | Ross Lynch

Embarazo no deseado.

Acercándose al Final.

Sollocé y pegué mi rostro a la almohada.

¿¡Por que mierda tiene que pasarme esto a mí!?

Dos palabras...

Estoy embarazada...

Embarazada del idiota de Ross que no se le ocurrió usar un maldito condón.

Más lágrimas cayeron por mis mejillas.

-No, no, no.

Susurré llorando cada vez más.

Embarazada a los 16 años...

No pienso abortarlo.

Pero ¿Como se lo diría a Ross? ¿Y a mis padres?

¿Y si mis padres me echan de la casa, como dice Anna?

¿Y si Ross no me quiere luego de esto?

Un sollozó se escapó de mis labios.

Limpié mis lágrimas dispuesta a levantarme de la cama.

Volví a agarrar el test de embarazo, positivo.

Cerré los ojos y los volví a abrir.

Miré mi panza. No estaba tan gorda... de seguro no se nota tanto.

Me acosté con Ross hace un mes, por lo tanto este bebé debería tener un mes.

Me miré al espejo.

-Pronto empezará a crecer..

Susurré.

Tendría que decirlo lo antes posible.

Aunque me echen de la casa, aunque Anna se salga con la suya, aunque Ross no lo quiera, no pienso abortarlo.

Volví a limpiar mis lágrimas.

Suspiré profundamente y entré a mi baño personal.

Tenía unas inmensas ganas de cortarme. Pero no podía hacerlo... podría desmayarme y causarle daño a mi bebé.

Acaricié mi panza por unos segundos.

Luego me lavé el rostro.

Eran las 9:00am, mis padres no tardarían en levantarse.

Salí del baño y luego de mi habitación. Baje las escaleras y fui directamente a la cocina, y para mi mala suerte me encontré con Anna.

-¡Querida!.- Fruncí el ceño, ella dio una carcajada.- Así que... ¿Estas embarazada, verdad?

Abrí los labios sorprendida.

¿Qué?

-Por si buscas una explicación, era obvio.- Puso los ojos en blanco.- Tenés mareos, nauseas, hambre, ¿Qué más?

Frunció los hombros.

Una lágrima corrió por mi mejilla.

-Anna... yo... por favor...

-Ten.- Me dio una pastilla.- Yo quiero arruinar tu futuro, no quiero que esa cosa.- Miró mi panza.- La arruine por mí, aborta.

Boté la pastilla al instante.

-¡No pienso abortar Anna! ¿¡Por que mierda sos tan mala conmigo!? ¡¿Solo por que sos adoptada?!.- Reí irónicamente.- ¡Acéptalo! Ya ni tenés vida por estar pendiente en mi vida, desde que llegaste a esta puta casa lo único que sabes hacer es ponerme en contra de mis padres y salirte con las tuyas... ¿Sabés algo? Siento mucha pena por vos... en verdad... siempre pensé que podías cambiar, pero me di cuenta que no y...

Paré la ver que una lágrima corrió por la mejilla de Anna.

Un recuerdo paso por mi mente.

Otra vez no...

Voltee para encontrarme con mi padre, cruzado de brazos y observándome fijamente.

-¿¡Por que le estabas gritando a Anna!?

Me gritó.

Anna fue corriendo hacia él.

-Ella... papá...- tartamudee.

-¡__________ esta embarazada!.- Gritó Anna.- Se acostó con el primero que vio y la dejo embarazada, es una perra que se abre de piernas para todos.

Mi padre abrió los ojos como platos.

Su rostro se tornó rojo.

Negué con mi cabeza.

-Anna, fuera.- Susurró mi padre, Anna asintió y salió de la cocina con una maldita sonrisa de victoria.

Me acerqué a mi padre.

-Papá... yo...

Iba a seguir hablando pero no pude ya que mi padre me dio una fuerte bofetada en la mejilla derecha.

Sollocé.

-¡Lárgate de la casa! ¡Una zorra como vos no puede vivir aquí! ¡Lárgate y más te vale que no vuelvas!

Gritó.