Capítulo 7: Visita sorpresa

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene violencia, mención de tortura, abuso sexual, tema de virginidad, sentimiento de culpa, travestismo forzado y desorden alimenticio.

Alguien cuyo carácter había sido doblegado y su libertad era casi nula se encontraba de pie al lado del trono, escuchando cómo el rey implementaba castigos a quién no podía seguir sus ideales.

"¡Tenga piedad de mí, majestad!" Un joven era retenido por guardias.

"¿No he sido piadoso contigo ya lo suficiente?" El rey, quien estaba parado frente al joven, dio la señal para que lo tiraran al suelo. "Me hiciste esperar a MI. ¡A tu rey! ¡¿Pero cumpliste con tu palabra?! ¡Por supuesto que no!"

"¡Pero-!"

Sus palabras fueron cortadas cuando el rey pisó una de sus manos con fuerza, clavando su tacón en su dedo índice y destrozandolo en el acto. El grito de dolor se pudo escuchar en cada rincón del castillo.

"Te daré una oportunidad más cómo mi rata de laboratorio." Seguía hablando mientras el joven lloraba con fuerza. "Si dentro de 3 semanas tu condición no mejora se acabó. ¿Entendido?" No parecía que lo hubiera escuchado pero no es cómo si le importara sus protestas. "Llevenselo al calabozo."

Los guardias obedecieron a la vez que un tercer guardia hizo acto de presencia arrodillándose frente al rey.

"Su majestad, el carruaje ya está listo con todo lo que encargó."

"Me imagino que los soldados que solicité también están listos."

"Por supuesto, su majestad."

"Bien, iré en 15 minutos. Puedes retirarte." Giró de manera muy elegante para ver a quien estaba al lado del trono, quien pasó de estar viendo el suelo a ver al rey. "Ven aquí." Obedeció. "Tu postura ha mejorado pero tu modo de caminar aún deja mucho que desear. No quiero que me avergüences en frente de nuestros anfitriones." Calló por unos segundos esperando algún reproche pero no sucedió. "Ponte el vestido. Tienes menos de 10 minutos en lo que me hago cargo de la seguridad."

"Si, su majestad…" Lo único que podía hacer era obedecer.

…..

Por cada segundo que pasaba más eran las ganas de entregarte a la lujuria, ahogando cada vez más la voz que gritaba por ayuda. De querer apartar a Riddle ahora lo abrazabas con fuerza, cómo si en cualquier momento fuera a desaparecer. El beso ya no era sofocante ni desagradable, ahora te producía placer el que tu boca fuera sometida. Tu mente estaba en blanco, lo único que lo llenaba era el irresistible aroma a rosas del chico.

Riddle rompe el beso para admirarte un poco, dándose cuenta de las respiraciones tan profundas que das para recuperar el aliento. Al ver tus ojos cerrados se da la libertad de tomar con su mano libre tu rostro lo cual te hace sentir tranquila, sin embargo esa tranquilidad no duraría mucho al sentir que su otra mano desliza parte de tu ropa interior hacía abajo.

"¡E-Espera!" Lo tomas de la muñeca con toda la fuerza de tu mano. "¡No quiero!"

Por fin tu cordura ha vuelto. Querías ir lejos pero esto va demasiado rápido sin contar todo lo obviamente malo de esta situación. Riddle no parece inmutarse, ni siquiera parece molesto o sorprendido. Lo único que hace es volver acostarse encima tuyo para besar desde tu hombro hasta tu cuello. El cuerpo te tiembla por la sensación pero una vez más tratas de separarlo con tu mano libre solo para que él la tome sin mucho esfuerzo, colocándola encima de tu cabeza.

"Ri… Riddle…" Muerdes tu labio inferior para no soltar más ruidos que delaten cómo te hace sentir.

"Es por tu propio bien." Murmura a través de tu piel para continuar dando cortos besos.

~Mi querida Alice~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora