Corazon Solitario [Chip X Dale]

cap-2 La charla con Ellie

Así que entonces voy a averiguar qué le sucede a Chip, pero...

¿Cómo lo hago?

Me tomó algunos segundos pensar en una manera de conseguir la información que quería, sin embargo la conseguí.

¡Claro, Ellie!

Tal vez ella sepa, o vea, algo que yo no. Nunca está mal tener otro punto de vista.

Busqué mi teléfono rápidamente, una vez lo encontré y localicé su contacto, presioné el botón de _llamar_. Ella demoró un par de segundos en responder.

—¿Hola?, ¿Ellie? —pregunté apenas contestó.

—¿Qué hiciste ahora?

—Nada.. —murmuré—. Creo.

Ella suspiró.

—Mira, Dale, no tengo tiempo para..

Me fue inevitable interrumpirla para convencerla.

—Me siento mal porque creo que Chip sigue molesto por lo de 00 Dale pero... No estoy seguro, ¡necesito tus consejos para volver a ser el mejor amigo de Chip! —las palabras salieron tan rápido de mi boca que apenas pude entenderme yo mismo. Hasta a mí me parecía ridículo rogarle por ayuda, y parece ser que a Ellie también, puesto que colgó la llamada—. ¿Hola? ¿¡Ellie?!

[. . .]

Pasados unos veinte minutos Ellie tocó la puerta de mi casa. La dejé entrar y le conté lo mejor que pude las preocupaciones que tenía, además de la situación. Ella se mantuvo en silencio durante todo el tiempo que yo hablé. Cuando terminé me miró y dijo:

—Por favor, dime que esa no es la razón por la que lloras en la ducha mientras escuchas _La gata bajo la lluvia_

¿Cómo sabe ella eso?

—¡No! No, no, no... Bueno, sí.

—Mira, Dale, sólo le veo una explicación lógica a qué sufras tanto por tu _amigo_.

—¿Cuál es?

—No es solo tu amigo.

—No entiendo —murmuré con una mueca confundida.

—Mira —dijo agarrando un vaso y un trozo de cartón que se encontraba en la mesa de mi sala—, este cartón eres tú, y este vaso es Chip

—¿Por qué yo soy el cartón? —la interrumpí de nuevo. Siseé:—. Es porque soy torpe, ¿verdad?

—¡No es importante! —declaró firmemente dando un par de manotazos al aire—. Tú vienes, le dices algo bonito y luego lo besas.

—E-espera.. —tartamudeé y pude sentir mis mejillas arder—. ¿Crees que me gusta Chip?

—No es que lo crea. Lo sé. Eres muy obvio.

Su mirada lo decía todo. No pude evitar cohibirme un poco. Puedo adivinar que mis mejillas ya están más que rojas.

—Y-yo... no lo había pensando antes...

—¿¡Es enserio?! —chilló como si estuviera diciéndole una broma—. Creo que es una de las primeras preguntas que debes hacerte cuando creces.

—Bueno... Yo no me lo pregunté, es decir, éramos mejores amigos —me defendí.

—Yo creo que deberías darle tiempo. Te fuiste cuando más confianza te tenía y estuvieron distanciados por mucho tiempo, ¿qué le garantiza que no volverás a irte?

—... ¿Nada? —dudé.

—Exacto. Deja que vuelva a acostumbrarse a estar rodeado de personas.

—Supongo que tienes razón...