Black Leather [ADAPTACIÓN]

7

– Tú no eres de esta clase

Luz se giró para mirar a su izquierda el rostro inescrutable de uno de los cincuenta estudiantes que en ese entonces estaban escuchando la clase
de Amity. Notó que el tipo tenía unas pestañas muy largas y los ojos color castaño.

– ¿Enserio? Qué te dio la pista? – dijo Luz, sonriéndole con confianza mientras recargaba su barbilla sobre su palma.

El chico de cabello oscuro y rostro atractivo le miró el rostro por unos segundos – Te ves demasiado amable como para querer ser abogada.

Luz le devolvió la sonrisa y se decidió por mirar al frente. Allí estaba Amity con el aspecto de profesora de Harvard que últimamente muy pocas veces le veía, estaba recargada sobre su escritorio, escuchando a uno de sus estudiantes – ¿Matt, al parecer? – y Luz casi tuvo que aguantarse la sonrisa ante el rostro de aburrimiento puro que Amity traía. Daba la impresión de que estaba a dos segundos de bostezar.

– ...Es por eso, profesora, que creo que lo mejor que se puede hacer es seguir con el plan actual, vender a los Chinos y luego desligarse por completo de la compañía invocando la... – revisó en su escritorio un gran documento pagina 238, clausula 123...

– Detente ahí – Amity habló – ¿Cuál es tu nombre?

– Mattholomule, Profesora.

– Genial, Mattholomule – Dijo Amity con desgano – ¿Has venido antes a mis clases?

– Si profesora – Matt asintió, con la espalda tensa – desde el inicio del semestre.

Amity dejó de recargarse en su escritorio y comenzó a caminar por el salón a paso lento.

– ¿Recuerdas que fue lo primero que dije en la clase introductoria? – Todo el mundo guardo silencio mientras miraban a Matt –

– ¿Los ganadores no dan excusas?
– respondió Matt, titubeante.

La profesora Blight puso los ojos en blanco y botó un suspiro de desilusión máxima. Luz casi pudo ver a Matt encogerse en su posición.

– No, Matty.

– Es Mattholomule...

– Lo primero que les dije fue: "nunca escojan perder poco cuando pueden ganar mucho" Tú estás perdiendo poco – continuo Amity, sin siquiera volver a mirar al estudiante de nuevo – Ahora siéntate - Matt le hizo caso y se sentó – Gracias por hacernos perder el tiempo a todos, Mattholomule. ¿Alguien más quiere enseñarnos su solución? – Ouch, Luz tenía profesores terribles pero nunca había visto a ninguna como Amity
– ¿Alguien?

Un silencio de ultratumba de formo en el salón – ... Acaso alguien leyó el apunte? – Repitió Amity, mirando a sus casi setenta alumnos.

Luz se giró para mirar el chico a su costado – ¿Tienes allí el documento?

– ¿El contrato? – Luz asintió – sí, aquí lo tengo.

Recibió entonces un documento de un poco más de 1200 hojas, revisado, releído, y resaltado con marcadores de colores en varias partes. Comenzó
a leer, guindose por el índice y su instinto. Después de un tiempo, mientras escuchaba ahora a una valiente estudiante que se atrevía a
comentar su análisis y posición respecto al caso, Luz encontró algo que quizás podía servir de ayuda.

– Disculpa, eh... Tu.... – Luz murmuró al chico de al lado –

– Soy Gus.

– Gus – Luz sonrió avergonzada – ¿En qué segmento están las clausulas sobre la asignación de presidentes?