Black Leather [ADAPTACIÓN]

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A la semana siguiente, Willow apareció, puntual como siempre.

-Buenos días, profesora Blight. - Saludó.

- Enviaste a una estudiante de medicina como tu remplazo - fue lo primero que dijo, Willow se quedó
quieta en la entrada - Dime una razón por la que debería dejarte entrar a mi oficina - La miró con
una ceja levantada. Su asistente de clases no se atrevio a mover un musculo.

Después la vio toser discretamente.
- ¿La molestó? - Dijo entre sorprendida y asustada - Luz
dijo que no habían tenido ningún problema...

No respondió, en vez de eso, Amity saco de su maletín algunos papeles que le tocaba revisar, y con su otra mano, acomodo sus lentes. Hizo un
pequeño gesto para indicarle a Willow que le permitía el paso, y su ayudante se apresuró a entrar aun luciendo demasiada inquieta para su gusto. Amity ya había dado el tema por cerrado apenas puso sus ojos en el ensayo de alguno de sus estúpidos y poco iluminados alumnos, Willow
por su parte, pensó lo contrario.

-..Pe-pense que se habían llevado bien... Luz incluso me pidió su correo electrónico, dijo que quería comentarle un detalle...- Agrego nerviosa.

Amity dejo de mirar los papeles sobre la mesa - ¿y se lo diste?

- ¿Su correo?

Maldición, Willow. Amity asintió.

- S-si... Si se lo di - su ayudante ahora parecía más nerviosa que antes - ¿No debí hacerlo?

Amity chasqueo la lengua - Vete y tráeme un café por favor...

No iba a admitirlo, pero una vez Willow se marchó Amity entro a su correo para revisar la carpeta de mensajes recibidos. La mayoría eran correos ya leídos de colegas de la universidad o mensajes de valientes estudiantes que se atrevían a consultarlo por algo que Amity nunca llegaba a leer (y no era su culpa de hecho ella lo advertía a principio de clases, cualquier duda respecto a las clases Amity las respondía en su oficina. No tenía tiempo de leer mensajes de sus aburridos y acartonados alumnos. Los únicos mensajes que merecían su
atención eran los de los clientes quienes pagaban su tarifa), pero ni en la carpeta de mensajes recibidos, o en la de Spam, aparecía algún mensaje que diera una remota pista de provenir de Luz, y si Amity de repente sintió decepción, prefirió no pensar en aquello.

Willow regresó con un café.

Era un maldito Latte con cinco kilos de azúcar.

Dos semanas más tarde (y no como si Amity lo estuviera esperando) recibió un correo que por el puro asunto, ya sabía era Luz

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: LuzNoceda@gmail.com

Para: ABlight@law.harvard.edu

Profesora Blight, soy Luz Noceda (Esa que hace unas semanas atrás le llevo un café)

Tengo una pregunta ¿de casualidad tiene el link de algún reportaje o investigación sobre la eficacia de
los Guantes de cuero para evitar el Primer Contacto? Estoy bastante interesada en el tema y me gustaría saber si hay algo que respalde su
decisión.

P.D.: Por cierto ¿Le interesaría salir a tomar un café? Podríamos conversar sobre la inexistencia de dichos estudios. Creo que sería un tema de
conversación interesante.

Atte. Luz Noceda.

Amity sonrió. Acababa de llegar de su habitual salida a trotar nocturna y la verdad es que no lo había hecho a propósito, pero después de releer el
mensaje por segunda vez, contestó
inmediatamente. Algo que no hacía con cualquier persona, en especial con alguien de quien no sabía más que su nombre y su completa falta de
propiedad para tratar con ella.

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: ABlight@law.harvard.edu

Para: LuzNoceda@gmail.com

www.Google.com

(no)

Sonrió de nuevo, y completamente satisfecha por su respuesta se fue a dar una ducha. No esperaba que al salir Luz ya hubiera respondido. Para ese punto no sabía si la chica era valiente o increíblemente estúpida.

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: LuzNoceda@gmail.com

Para: ABlight@law.harvard.edu

Vaya, ¿enserio? Pensé que mi encanto natural había sido suficiente para convencerla.

Debí haber escogido una línea mejor. ¿Qué tal ésta?:

¿Le gustaría salir a comer? Podríamos hablar acerca de nuestras películas favoritas, de cómo el congreso puede arreglar la Doctrina Erie, de la
gente que cree que los guantes de cuero repelen el Primer contacto, o de paso, de los adultos que creen en Santa.. No lo sé. Usted escoja el tema.

Amity no iba a admitir que se rió (ni mucho menos dejarlo expreso en aquel intercambio escrito) pero lo hizo, y no podía dejar de sentirse extrañamente fascinada por la manera en la que Luz podía mantener una conversación tan ridícula bajo
comentarios completamente impredecibles. Era refrescante.

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: ABlight@law.harvard.edu

Para: LuzNoceda@gmail.com

¿Sabes que puedo cobrarte por malgastar mi tiempo, cierto? Y creo haber mencionado que mi tarifa corre por sobre los $1000 dólares. Eso
también incluye intercambios por correo.

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: LuzNoceda@gmail.com

Para: ABlight@law.harvard.edu

¿Es esa su manera sutil de decir que quiere que nuestra cita sea en un restaurant elegante? Porque la verdad a mí se me dan mejor las hamburguesas, papas fritas o pizzas baratas.

Asunto: Guantes de cuero negro.

De: ABlight@law.harvard.edu

Para: LuzNoceda@gmail.com

No sé por qué eso no me extraña para nada.

Luz no respondió. Ni ese día ni al día siguiente.

Amity estaba sorprendida. Aquella chica castaña era la primera persona que le había hecho malgastar su tiempo de manera tan deliberada desde que su madre había dejado de darle esos sermones de vida que tanto había maldecido alguna vez.

Aún no estaba segura si disfrutaba aquello, o lo detestaba completamente.

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Historia adaptada

Escritora original "CaroRodd" créditos a ella