Chan y Minho son hermanos, cada uno maneja su reino, uno el cielo y otro el infierno.
Las quejas de Minho se vuelven frecuentes, y en uno de sus viajes al cielo, el príncipe del infierno se encuentra cara a cara con un ángel que pone su mundo patas...
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– CHAN –
– Por mí... creí que se habían acabado las quejas ¿Que es ahora? –
– ¡De nuevo tus estúpidos ángeles! –
– ¿Han vuelto a decirte algo fuera de lugar? –
– No a mí, a Jisung, están comenzando los mismos rumores horribles que tuve que sufrir yo, diles algo, que se callen de una vez –
Chan asintió sin duda alguna iba a parar aquello, esta vez sería aún mas tajante, ya que la última vez quizás fue muy suave con ellos, no podía creer que sus seres predilectos fueran tan presuntuosos.
– ¿Has hablado con Jisung, Minho? ¿Sabes si este problema con mis ángeles le ha afectado?–
– Aún no... Y tengo la sensación de que no voy a salir de mi despacho en meses, he descuidado mi trabajo y se ha acumulado –
– Me encargaré de hacerlo por ti, le haré saber que te preocupas por él –
Minho sonrió de medio lado, aun sin creer del todo que el mayor no estuviera quejándose más sobre sus deseos de coquetear con el ángel.
– ¿Qué te hizo cambiar de opinión sobre Jisung y yo en una misma frase? –
– Nunca te había visto ser tan serio con nada, ni con nadie, ni siquiera conmigo, antes de caer, y confío en que si le haces algo malo, por poco que sea, te arrancaré todas las plumas, una a una y pondré a uno de mis arcángeles a torturarte el resto de la existencia –
– Me parece un castigo justo, me encargaré de que nunca tengas que usarlo conmigo –
Ambos hermanos compartieron una última sonrisa, antes de que Minho bajase de nuevo al infierno a seguir con su trabajo atrasado y el que seguía acumulándose, y Chan reuniera a todos sus seres celestiales para tener una verdadera conversación.
– Ten cuidado al bajar por ese ascensor destartalado, y saluda a tus gatos de mi parte –
– Lo haré, dale recuerdos a Jisung y a los novios de mis chicos –
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– ¡Todos vosotros! – Esta vez Chan estaba realmente enfadado. – Os lo dije bien una vez ¡Y lo habéis vuelto a hacer! –
– S-Señor... ¿Que hemos hecho? – Preguntó con voz temblorosa un ángel rubio.
Dios preguntó a Félix y Hyunjin si reconocían a ese ángel como uno de los que estaba esparciendo rumores sobre Jisung y asintieron.
– Ser deshonestos, presuntuosos, malhablados, ruínes... y contra nadie más que uno de los vuestros, de la misma forma que hicisteis con mi hermano y por las mismas razones, esto solo muestra que debo ser más duro con vuestros fallos. –
Decenas de angelicales voces comenzaron a quejarse y tratar de defenderse de las acusaciones.
Jisung, escondido tras Félix, se asustó de que se salieran con la suya, aunque en realidad, Minho le había advertido de que eso pasaría, pero no le quitaba el miedo del todo.
– ¡Basta todos! Tendréis el castigo que os corresponde por esto, comenzando por una disculpa hacia Jisung. –
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