XXIII (FINAL)

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El sol estaba a punto de salir, tenía que apresurarse a llegar a la fortaleza, pero tal vez lo mejor hubiera sido no llegar...
Entró a la inmensa casa y encontró a Nakime abrazando a Daki, que lloraba desgarradoramente. Akaza y Kokushibo no miraban a Dakota, lo contrario a Douma, que la miraba con tristeza. Gyutaro estaba junto a Nakime y Daki, acariciando la cabeza de esta última y tratando de calmarla. Algo había pasado y Muzan tenia que ver en eso. La demonio se acercó a Douma y le preguntó qué había pasado, a lo que la luna respondió:
Douma: Lo... lo siento mucho...
¿A qué se refería? La chica no lograba entender. Les preguntó a Akaza y a Kokushibo, pero ellos no podían siquiera verla a los ojos. En ese momento, apareció Muzan cubierto de sangre.
Muzan: Yo te lo diré, linda -dijo con un tono siniestro, incluso para los demonios- o más bien, te lo mostraré
De atrás de su espalda, sacó la ropita de Katsuki, desgarrada y empapada del liquido rojo. Los gritos de Daki aumentaron, Douma cerró los ojos y Kokushibo apoyó su cabeza en el hombro de Akaza, intentando ocultarse. Dakota quedó en shock unos segundos, para después gritar como loca. Se abalanzó hacía Muzan. Quería matarlo ahí mismo, hacerlo pedazos y devorar sus restos. Kibutsuji la esquivó rápidamente y la tomó de los cabellos, mientras susurraba al oido de la mujer:
Muzan: ¿Qué tan difícil era aceptar ser mia? Tu hija estaría viva si no fuera por ti...
Él estaba a punto de arrancar el corazón de Dakota, pero esta reaccionó y de una sacó las entrañas del demonio. Con eso no lo dañaría ni un poco, pero le daría tiempo de huir. Las lunas, con la ayuda de Nakime, desaparecieron de ahí. De nuevo, era perseguida por rehusarse a ser propiedad de alguien, pero ya no habría nadie esperándola para arroparla. El cielo estaba empezando a teñirse con el rosa de la aurora, pero ninguno se dió cuenta, hasta que la luz iluminaba el bosque y Kibutsuji decidió terminar esa persecución y a punto de arrancar el órgano de la joven, su mente lo traicionó y frente a sus ojos vió a su peor temor: Yoriichi Tsugikuni, al mismo tiempo que el sol comenzaba a asomarse. Ya no iba a lograrlo, prefería dejar que la demonio se consumiera entre los rayos del astro. Ordenó a Nakime que lo sacara de ahí y lo regresara a la Fortaleza Infinita, algo que la del biwa estuvo obligada a hacer. Los rayos naranjas tocaron el cuerpo de Dakota y esta empezó a quemarse, pero no era algo que padeciese, sentía la calidez del sol de nuevo y, mientras se consumía en el suelo, vió algo que hizo su muerte más pacífica: vió a Enmu acercandose a ella, con Katsuki en brazos y este le susurró al oido:
Enmu: Te dije que siempre estaría a tu lado, amada mia
Con esa dulce visión, Dakota Mizuno dejó este mundo, esperando renacer y volver a ver a Enmu, aunque si iban a parar en el Infierno, al menos estaría con él y su hija y eso era lo único importante para ella.
~ Fin ~

Y aqui acaba la historia, gente bonita, ya solo subo la parte +18 que me pidieron y esta obra queda concluida
PD:Casi lloro escribiendo esta parte

Siempre estaré a tu lado {Enmu X T/N}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora