i.

152 23 9
                                    

Hace algunos meses.

Para Beomgyu, pintar era su pasión más profunda. Desde niño, su interés por el arte de la pintura fue innegable. Pasaba la mayor parte de su tiempo en su caballete, explorando nuevas técnicas y creando con su paleta.

Ese día no fue una excepción; al notar la presencia de su madre en la puerta, hizo una pausa en su trabajo.

"¡Buenos días, madre!" saludó. "¿Hay algo que necesites?"

Ella levantó una ceja. "¿No puedo simplemente saludar a mi hijo?"

"Sabes a lo que me refiero", respondió Beomgyu. "No sueles venir a menos que sea importante."

"Siempre visito tu habitación", se corrigió ella, ajustando su vestido. "Pero sí, se trata de algo importante."

Beomgyu le prestó atención, su mirada indicaba interés.

"Lady Tzuyu organizó un baile este viernes, y hemos recibido una invitación", anunció.

"Ya veo", interrumpió Beomgyu. "Quieres que asista para conocer a mujeres casaderas, otra vez."

La reina Yerim asintió.

"Dudo que sea una buena idea, madre", comentó Beomgyu.

"Tonterías", exclamó. "Un baile es una buena oportunidad para conocer a jóvenes damas, algo que tú..." lo señaló, "... necesitas".

"Sabes cuál es mi opinión al respecto", dijo él, cansado ya de la situación.

"Es precisamente por eso que insisto, Beomgyu", continuó ella. "Sé que no tienes intención de casarte."

"Entonces, ¿por qué no lo respetas?" preguntó, sintiéndose incómodo.

"Un príncipe sin esposa no es bien visto, y tú lo sabes", explicó la reina.

Beomgyu asintió resignado. No tenía sentido discutir con su madre.

"Supongo que no tengo otra opción", admitió.

"No lo digas como si fuera lo peor del mundo, seguramente te divertirás. Por cierto, tu traje ya está listo y el mayordomo lo traerá en cualquier momento", informó la reina antes de salir de la habitación.

Beomgyu suspiró y volvió a su labor.


[...]

La anticipación por el baile creció mientras el día se acercaba. Para la mayoría, las celebraciones de Lady Tzuyu eran imperdibles, pero para Beomgyu, era simplemente otro evento social aburrido.

Para él, los bailes eran tediosos, especialmente ahora que estaba en edad casadera, lo que significaba que su madre no paraba de presentarle potenciales parejas.

Mientras tomaba una copa de vino, observó cómo tres mujeres se acercaban rápidamente a él y su madre. Era la sexta vez en la noche que alguien intentaba emparejarlo.

"Estimados, permítanme presentarles a mis dos hijas", dijo la mujer, señalando a las jovencitas.

Ambas eran atractivas, pero ninguna lograba captar su interés.

"Sus nombres son Chaeyeon y Chaeryeong", las presentó con una sonrisa.

"Veo que no tuvo mucha creatividad al nombrarlas", comentó Beomgyu en tono jocoso.

La reina tosió, visiblemente avergonzada. "Disculpe a mi hijo, a veces es un tanto inoportuno."

"No es molestia", respondió la mujer incómoda. "¡Oh! ¡Ese no es Lord Yoongi? ¡Hasta luego, sus majestades!"

Rápidamente se llevó a sus hijas, dejando a la reina y a Beomgyu solos.

La reina pellizcó el brazo de su hijo. "¡Ay! ¿Ahora qué hice?"

"Incluso tienes la audacia de preguntar qué hiciste", negó con la cabeza la reina. "Espantaste a la duquesa y a sus hijas, ¿no es obvio?"

Beomgyu intentó responder, pero sus hermanos se acercaron rápidamente, interrumpiendo la conversación.

"¡No lo van a creer!" exclamó divertida Minjeong.

Taehyung, el hermano mayor, rodó los ojos cruzando los brazos.

"¿Qué sucedió?" preguntó Beomgyu.

"Taehyung intentó coquetear con una princesa..." se detuvo para reír. "... ¡fue muy gracioso!"

"No tiene nada de gracioso", susurró el mayor.

"¡Resulta que estaba casada y le tiró su copa de vino! ¡Debieron ver la cara de Tae!" terminó, soltando otra carcajada.

Sin poder evitarlo, la reina y Beomgyu también rieron.

"Parece que los Kim no nacimos para los bailes", comentó Beomgyu.

"¿Por qué dices eso? ¿Estuviste mirando jovencitas, Beomie?" bromeó Minjeong con un tono meloso.

"Voy a vomitar si sigues usando ese tono asqueroso", advirtió.

Antes de que Minjeong pudiera responder, sonaron las trompetas, indicando la llegada de alguien que debía ser presentado.

"Damas y caballeros, ¡nos honra anunciar la llegada del príncipe de Berytheas, Choi Yeonjun!"

Las puertas se abrieron y apareció un joven de complexión delgada y cabello rubio.

Beomgyu lo miró asombrado; aquel hombre era seguramente el más atractivo que había visto.

iliccit affairs ★ yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora