TU ALMA Y LA MÍA

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Es raro para mí pensar en el día de mi boda, pero también es lindo. Porque ese día pienso tocar en el piano todas aquellas canciones que alguna vez fueron para ti. Tocarlas y sentir la melancolía de ya no tener a mi primer amor, ese con el que soñé llegar a ese momento de mi vida. Ese día me vestiré de lila, blanco o negro tal vez. Me pondré mi mejor perfume, me peinare y reiré mientras recuerdo que contigo lo tenía todo, o eso es lo que mi mente aún cree. 

Han pasado ya casi dos meses desde que ya no estás aquí y todo se siente bien, o bueno, casi todo. El camino de sanar lleva tiempo, pero cuando aceptas que ese dolor es parte de ti, todo parece ir más rápido, y es algo raro. Después de pasar tantas noches tan largas llorando porque no pude tenerte, es raro sentir que ya no te necesito más, es raro sentir que ya no te quiero, que ya no eres lo que eras para mí. Aceptar que te fuiste con toda aquella ilusión que yo tenía de nuestro amor, es duro y difícil de afrontar. Pero es lo que necesitaba para hoy poder escribir sobre el día en el que decidiré estar con una persona en el altar.

Sonará un poco loco o estúpido pensar en ese día y estando otra persona, cuando hoy por hoy tú eres el que habita mi mente, aunque ya no con tanta frecuencia como antes. A todos les digo que ya superé eso que dejaste que me costó tanto, pero hoy, justo hoy quisiera volverte a tocar. No estoy diciendo que regresaría contigo, porque por algo terminó lo nuestro, solo siento que hace falta algo en todo este desastre. Aún siento mareos, hormigueo y los pelos de punta cada que pienso en ti, en lo que fuimos y en lo que seríamos.

El día de mi boda estoy seguro que recordaré aquel amor que me hizo aprender y descubrir quién soy y mostrarme el mundo con cada día que pasaba a su lado.

Las promesas de un niño enamorado
siempre vivirán en mi memoria, aunque tú, tal vez por esa mente olvidadiza que tienes, te olvides de mi, de mi nombre, de mi apellido, de mis tatuajes y de todo lo que fui estando contigo. Pero estoy seguro que cuando esté en el altar sonriendo, gozando y amando más que nunca, sentirás como una parte de tu alma sale de tu cuerpo y te deja vacío. Y entonces la persona que fuiste conmigo, la que me enamoró con cada chiste, la que dijo estar enamorado de mi,  llorará y se tirará al suelo reprochandose cuanto me ama y me amo, y ahora, ya no estoy.

A lo largo de todos estos meses que he estado en terapia he aprendido demasiado de mí, y aunque tu nombre casi ya ni menciono también aprendo cosas de ti, tal vez más de las que supe estando juntos. Al principio es un reproche constante porque abres los ojos y te das cuenta de todos los errores que se cometieron y ya no estamos juntos para poder perdonarlos. Es difícil porque me doy cuenta de tantas cosas que pude decirte o hacer mientras tú indiferencia acababa conmigo.

No sabía como deshacerme de tu imagen en mi cabeza todos los días, intente el contacto cero, pero quiero que traten de razonar con una persona con dependencia a otra puede manejar esto, es casi imposible en el proceso de duelo, realmente lo es. Borrar tu contacto, eliminarte y bloquearte de todos lugares quizá funcionó, al menos por un tiempo, tiempo que sirvió para tomar en cuenta todo lo malo que me dijiste, que yo, creyendo que era amor, acepté. Pero es difícil tenerte alejado porque fuiste mi gran amor, (si es que eso fue) en mi corta vida, y si no podía ser feliz contigo lo sería sin ti, pero quería que lo vieras. ERROR.

Podría decirles que jamás hagan eso que hice yo, es una técnica de autodestrucción muy horrible y solo te envenena. Pero yo sé que no es fácil. Además. Creo que todos tenemos que pasar por una situación que nos destruya por completo, que nos haga más que pedazos, que nos desmorone desde el interior, que nos mate, para después volver mejor que nunca. Es una idea muy atractiva.

Tu gran misión en la vida, o al menos la que me tocó descubrir en estos años es, poder llegar al paraíso llamado amor propio. Ese mundo donde eres feliz contigo, no ocupas de nadie y disfrutas el presente y la vida como lo es. Todo esto lo venden y lo presentan como un proceso bonito, donde haces ejercicio, te alimentas bien, meditas, etc, etc, etc...Pero deberían de dejar de romantizar todo esto, porque el proceso es un infierno. Un infierno donde tienes que aceptar que tienes errores, tienes miedos, traumas, tienes situaciones en las cuales trabajar, y esto a nadie le gusta. Pero si. Es algo por lo que hay que pasar para poder disfrutar tu plato de comida llena de nutrientes para cuidar tu templo.

El proceso de sanar es más que salir a caminar y afirmar frente al espejo positivamente.

Para mí es faltarte al respeto más de lo que ya lo haz hecho. Reprocharte por todo lo que está mal en tu vida y no sabes cómo mejorar. Mandar allá muy lejos a todos y todas los que te hicieron mal, a todos y todas  las personas que te apoyaron, y continuar tú solo. Todo esto para poder ver de verdad que nada más eres tú y nadie más.

Es enterarte que eres la única persona que te hunde y que te saca y romper con ese patrón.

Y ya por último, para mí. Es poder perdonarte por tanto daño que me dejaste. Poder dejar volar el recuerdo que aún me hace amarte.

Desgraciadamente hoy y ahora esto sigue siendo para ti, pero en parte me gusta, porque así puedo ver todo aquello que no me permito en otras ocasiones. Y al final es parte del proceso de sanar. Tener que soportar una vez más que estás presente y tienes impacto en mi vida.

Espero algún día este tan feliz aun y si un recuerdo tuyo viene a mi.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2022 ⏰

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