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La Nueva Preparatoria de Aiko
Ambas se miran desafiándose una a la otra, sentadas en la mesa del desayunador lo único que se escucha es la estática del teléfono recién colgado.
—Tenemos muchas opciones.
—Mamá...
—Solo piénsalo. —Interrumpe Hinata— Una escuela con uniformes, horarios, deportes muy aburridos como el golf y una cafetería donde no sirven pizza ¿Enserio quieres estudiar en un lugar así los siguientes tres años?
Hinata de 31 estaba intentando por todos los métodos posibles que su única hija desistiera de asistir a la Escuela Preparatoria Chilton para señoritas donde había sido aceptada. Lo habían añorado juntas por años y cuando finalmente se presentó una vacante para el primer año de preparatoria Hinata entró en pánico del nido vacío.
—Mamá ya lo discutimos. Si quiero ser aceptadas en una de las mejores universidades del país no puedo seguir estudiando aquí en el pueblo. —Aiko repite por milésima vez en la tarde. Estaban a punto de salir de compras de sus nuevos materiales como libros, plumas de tinta y maletín cuando una llamada del abuelo las interrumpió. Aiko deducía que algo en esa llamada afectó tanto a su siempre competitiva madre que ahora estaban discutiendo en el desayunador de la cocina en lugar de aprovechar el tiempo—. Sé que ambas nos disgustan las normas y reglas que le encantan a las personas como el abuelo, pero ¿no quieres que tu única hija sea tan exitosa que pueda pagarte tus vacaciones por Europa cuando estés vieja y jubilada?
—Merezco esos lujos. —Apoya apretando sus labios siempre rojos.
—Sabes que lo que sea que el abuelo te dijo lo hizo para provocarte ¿cierto?
Hinata lo sabía. ¡Por una mierda que lo sabía! El viejo culo de Hiashi Hyuga siempre parecía disfrutar recriminarle cualquiera de sus acciones desde que es una niña, un ejemplo de ello es recordarle que ahora es una viuda, madre soltera que se embarazo a la estúpida edad de 16 años.
Pero si algo es seguro es que Aiko es lo único bueno que pudo haber hecho en su vida. No es la madre ejemplar del año, pero ella sola pudo criar a una niña modelo que ahora era admitida en uno de los colegios más prestigiosos de la región incluso para traseros adinerados de la alta sociedad.
Su padre le había recalcado algo que habían discutido hace un tiempo, si Aiko quería ser financiada en sus estudios en los pagos de su colegiatura debía acogerse a todos sus pedidos como cenas familiares obligatorias todos los viernes en la casa Hyuga, que Hinata perteneciera al comité de madres, y asistir a citas con extraños concordadas por el mismo Hiashi.
Hinata no quería que Aiko tuviera la misma estricta educación que Hiashi había usado con ella.
Pero viendo el anhelo y la súplica en los orbes celestes de su hija tiene que aceptar a regañadientes que, aunque Hiashi pueda llegar a ser un gran dolor en el culo, los deseos y metas de su hija eran más importantes que estar nuevamente bajo el control de su padre.
