Me despierto por el sonido de una alarma de teléfono que claramente no es la mía, un gruñido se me escapa.
—Apague eso, Villamil—murmuro aún adormilada.
A mi lado, Juan Pablo se remueve y el sonido molesto desaparece. Me aferro a la almohada y trato de conciliar el sueño donde Andrew Garfield se choca conmigo y de inmediato se enamora a primera vista, pero es imposible porque las luces de la habitación se encienden y no sólo eso, hay ruido por todas partes.
Algo que odio de dormir junto a mi mejor amigo es que es un maldito obsesivo compulsivo, de verdad, jamás en mi vida había conocido a alguien tan perfeccionista, a Juan Pablo le encanta madrugar.
—Cállese, Villamil—me quejo aun con los ojos cerrados.
Por supuesto que me ignora, anda de aquí para allá paseándose por la habitación, haciendo quién sabe qué cosas. Abro los ojos y me doy cuenta que está cambiado con ropa deportiva.
—¿Qué...?
—¿Quiere venir conmigo al gimnasio del hotel?—pregunta y frunzo el ceño.
Busco el reloj de pared dándome cuenta que son las cinco de la mañana, ¿quién mierda se despierta a esa hora para hacer ejercicio?
—¿Usted está loco?—pregunto y él rueda sus ojos.
—Venga, Lucy—dice tratando de convencerme.
—La única forma en la que podría levantarme a esta hora es si Andrew Garfield estuviera esperándome—respondo bostezando—. Diviértase sudando.
Juan Pablo se rinde sabiendo que no iba a acompañarlo ni aunque me pagara. Me echo las sábanas encima y trato de conciliar el sueño de nuevo, pero es en vano. Odiaba que me sucediera aquello; querer dormir pero no poder hacerlo. Gruño y me deshago de la ropa de cama, sabiendo que que ya no volvería a dormir, me levanto de la cama y me dirijo a mi maleta que está a lado de la de Villa.
Es increíble que el man éste y yo tengamos esa costumbre de dormir juntos cuando cada uno tiene siempre una habitación en las giras, hacemos que Universal gaste a lo tonto, pero sé que si le decimos a Pedro que dormimos juntos, Morat se queda sin banjista.
Saco unos leggins deportivos con transparencias en las piernas y una playera negra ancha junto a mis tenis y acomodo mi cabello en una trenza.
El pasillo del hotel está vacío, porque claramente la gente normal está durmiendo, no haciendo ejercicio. Bajo en el ascensor y ubico el gimnasio del hotel, el cual está cruzando la enorme piscina. El temporal en Madrid está caluroso porque estamos en pleno verano, como buena rola, me parece detestable el calor porque sudo por todos lados y porque tengo piel sensible, así que si se me ocurre salir sin bloqueador, terminaré pareciendo un camarón.
En el gimnasio del hotel, hay a lo mucho dos personas más entrenando ahí, seguramente otros locos como Juan Pablo. Odio los gimnasios, a decir verdad, me recuerdan algunas cosas que constantemente me empeño en olvidar.
Escaneo el lugar hasta encontrar a mi mejor amigo.
Villa está concentrado haciendo ejercicio, lo que me llama la atención no es que esté tratando de levantar pesas, sino de que los músculos de sus brazos se tensan de una forma increíble, al igual que los de su espalda. En otro tiempo, me habría reído y hecho algún chiste sobre el esfuerzo que está tratando de hacer para que no se le caiga la pesa, pero ahora me parece increíblemente genial verlo así.—¿Siempre si vino a hacer ejercicio, floja?—pregunta Villa en cuanto se percata de mi presencia.
—Eh, la verdad solo vine a darle apoyo moral—respondo tratando de no verle mucho los brazos.
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Mejores amigos | j.p. villamil
Fanfiction"𝓢𝓽𝓻𝓲𝓷𝓰 𝓽𝓱𝓪𝓽 𝓹𝓾𝓵𝓵𝓮𝓭 𝓶𝓮 𝓞𝓾𝓽 𝓸𝓯 𝓪𝓵𝓵 𝓽𝓱𝓮 𝔀𝓻𝓸𝓷𝓰 𝓪𝓻𝓶𝓼"