El día de mi cumpleaños a unas horas de la celebración, mis doncellas están colocándome el vestido era de un rojo vino con adornos y diademas de color blanco, están tan atareadas que sólo miro como trabajan sin decirles nada, cuando de repente tocan la puerta y uno de los guardias dice:
-Su majestad el rey, -anunciando que entrará, al escuchar eso las doncellas se detienen y dando un paso hacia tras hacen una reverencia hacia su Lord, yo sólo me doy la vuelta para quedar frente a él.
-Te ves hermosa mi reina - dice mientras coloca su mano frente a mi pidiendo la mía, a lo que sin pensar tomo y el coloca mi mano sobre los labios de la máscara simulando un beso, sólo sonrió ante el gesto, escucho como las doncellas cuchichean por el gesto cursi del rey, él se da la vuelta buscando donde sentarse cuando visualiza un caja mediana con una pobre decoración, pero muy sellada en una de las mesas, aparta su mirada de la caja y se sienta en uno de los sillones que están en mi alcoba.
-Esperare a que terminen para que entremos juntos a la celebración, - dice, a lo que las doncellas apresuran su trabajo para no hacer esperar al rey
Al llegar al jardín donde está el festín, todos al vernos se levantan y hacen una reverencia, ambos nos dirigimos a nuestros asientos que simulan un pequeño trono, poco a poco cada persona se acerca a nosotros para poder felicitarme y aprovechan para darle unas palabras al rey, hay música por doquier, bailes exóticos de los países vecinos, vino por todos lados, risas y regalos extravagantes de algunos aliados, la fiesta está muy animada para todos los invitados, incluyéndome.
-Me retiro, -dice de repente de mi esposo, lo volteo a ver en seguida, -disfruta de la fiesta, tengo que ir a escribir un documento para enviar
- ¿Trabajaras a esta hora? - dije con un tono entre tristeza y enojó.
-Discúlpame, pero tengo que hacerlo, por favor no bebas mucho vino o te dolerá la cabeza mañana, -termina de decir para levantarse y dirigirse a su trabajo
Al retirarse mi cuñada, algunas señoritas y caballeros se acercan a mi para platicar compartiendo copas de vino, no sé cuánto tiempo pasó hasta que recordé que mi esposo estaba trabajando, al ver que ya la mayoría de los invitados estaban ebrios, incluyéndome, aprovechó para irme de la fiesta sin que me notará nadie.
Me dirigió a la alcoba de mi esposo, su oficina y habitación están continuos sólo un pequeño pasillo los separa, cuando entre a su habitación lo visualizo trabajando en su escritorio, pero no me dirijo hacia él, sino que camino hacia su cama y al estar sentada en ella lo llamo:
-Baldwin -digo mientras extiendo mi mano en señal de que se acerque, al escuchar su nombre, el volteo y ladeando su cabeza con confusión se levanta de su asiento y se dirige a mi tomando mi mano
- La fiesta aún no termina ¿Por qué estás aquí? -pregunto, -Quiero mi regalo de cumpleaños, -agregue de repente
- ¿Regalo? ¿Los obsequios que te di no fueron de tu gustó?
Noté su tristeza en su voz, recordé todo lo que él había enviado en la mañana a mi alcoba, vestidos, joyas, libros, muebles, y muchas otras cosas hermosas, pero eso no era lo que quería
-Te quiero a ti, -dije sin titubeo, a lo que el suspira y cuando iba a responder algo, tocan la puerta y el guardia comunica:
-Traje lo que pidió su Alteza, -Baldwin queda confundido por lo dicho a lo que le pido. -Podrías traerlo por favor cariño, - un poco confundido él se dirige a la puerta y ve que el guardia trae la caja mediana que vio en mi habitación está tarde, la toma y se dirige hacia mí que aún estoy sentada en su cama.
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The only one on my mind
Short StoryOne shot, donde eres la esposa del rey de Jerusalén, Balduino IV. Llevan casado a penas 1 año, después de tantos pensamientos y molestia de las quejas de su corte, el rey pensó que la mejor manera de tener un sucesor era ofrecer que te acostaras con...