Capítulo 8

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La expresión de total asombro en el rostro de Xiao Zhan era algo que le generaba diversión y un poco de ternura a Wang Yibo.

No lo iba a negar, aquel pelinegro era atractivo y tierno en justa medida. No por nada había llamado su atención aquella noche en la fiesta.

Sin embargo lo último no lo admitiría en voz alta, mucho menos enfrente del chico que ahora lucía un tanto molesto por su presencia en su lugar de trabajo.

— ¿Qué carajos haces aquí? — reclamó Zhan — ¿Eres algún tipo de acosador o algo así?

Yibo soltó una pequeña risa burlona al escucharlo.

— ¿Acaso parezco ser un enfermo acosador?

Zhan rodó sus ojos. —  Las apariencias pueden ser muy engañosas. No sabes quién puede ser de fiar o no.

— ¡Auch! Eso dolió — fingió estar ofendido el peliazul tocándose el pecho como si hubiese recibido un golpe — Después de haberte defendido ante el imbécil de Dylan semanas atrás... ¿Así le das las gracias a tu salvador? No pensé que serías un tanto ingrato bonito

Aunque la actitud de fastidio del pelinegro le divertía en el fondo, este no quería tener algún tipo de mala impresión ante Xiao Zhan. Poco le importaba lo que piensen otros allá afuera, aún así Yibo inconscientemente quería agradarle al lindo muchacho que ahora notaba claramente poseía un llamativo lunar bajo su labio.

— A pesar de lo duras que son tus palabras, te puedo asegurar que no soy ningún acosador y mucho menos alguien en quién no puedas confiar.

— ¿Ah sí? — Zhan le siguió la corriente tanteando un poco el terreno — Temo decir que lo que me han hablado de tí, deja mucho que desear Wang Yibo

— ¡Vaya! ¡Al parecer ya te han hablado de mí! — respondió burlonamente el peliazul — Déjame adivinar... ¿Te contaron todas las cosas terribles que he hecho y la personalidad de mierda que tengo? Sí es así no puedo evitar estar en la obligación de negar todas y cada una de ellas

Su voz no dejaba de ser burlona, sin embargo su mirada se encontraba un tanto ensombrecida, misma que estaba puesta en el pelinegro que de igual manera lo miraba desafiante sin dejarse intimidar por su imponente presencia.

— ¿Sabes? Te sorprendería la respuesta... pero creo que eso ya lo conoces de sobra

— ¡Adelante no seas tímido! ¡Quiero saberlo! — incentivó Yibo

— No tiene caso decirlo Wang. Ahora si me disculpas, ¿podrías retirarte de mi lugar de trabajo? Estás incomodando a los clientes

— Por si no te has dado cuenta bonito, yo también soy un cliente... por algo estoy aquí. ¿Demorarás haciendo mi pedido? Es que tengo mucha prisa.

El astío en el rostro de Xiao Zhan se acentúo más esto porque Yibo estaba en lo correcto, tenía tantas ganas de lanzarle el trapo con el que limpiaba el mostrador momentos atrás a la cara donde su característica socarrona sonrisa se asomaba, pero se contuvo porque no quería armar una escena en la cafetería.

Regresó su vista al establecimiento donde algunos clientes los miraban curiosos por su interacción que a pesar de ser un tanto disimulada, la tensión en ambos era palpable.

— Bien — murmuró entre dientes Zhan

El pelinegro se giró en dirección a la cocina donde rápidamente preparó el milkshake a pedido de Wang Yibo. Por su pensamiento cruzó la idea de ponerle discretamente en su bebida un fuerte laxante, pero descartó la idea enseguida porque no era ese tipo de persona.

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