12

266 25 5
                                    



Notita al final del cap, me harían feliz si la leyeran uwu.




Soobin no podía creer que realmente estuvera viendole de nuevo, en realidad, ni siquiera podía creer que ese chico, ese niño que conoció a los ocho años fuera el mismo chico de ahora diesisiete sentado en el suelo a un par de metros de donde él estaba, jugando con la grama bajo su cuerpo y con el semblante perdido. Era hasta curioso como era la misma persona pero se veía tan diferente.

No lo habia visto desde los trece años, cuando eran tontos, no se tomaban nada en serio y parecían querer ir a todos lados juntos, cuando vivía más en la casa del contrarío que en la propia y cuando aún no conocía a Yeonjun ni a los demás, solo a Sunwoo.

Y era que Hueningkai habia cambiado desde entonces, era normal, ya no tenia once años y tampoco era un niño flacucho y bajo, ahora había crecido, su cabello parecia estar mucho más largo, rozando sus pómulos y de un color marrón muy oscuro, casi negro, tambien se venía muchísimo más grande de lo que realmente era, pero sus facciones seguian siendo suaves, casi aniñadas, tiernas.

Soobin no supo explicarlo, pero su corazón dolió.

Hace años, cuando la familia de Hueningkai había decidido mudarse su joven corazón se había roto, porque ese lindo chico con una adorable afición a los peluches había sido como su mejor amigo, su compañero y, como su hermana habia dicho una vez, su chicle.

Había sido doloroso.

Claro que a esa edad, también pensó que como la mayor de los Huening iba a seguir estudiando en Corea podria ver a Kai al menos ciertas temporadas al año nuevamente.

No, eso nunca pasó.

Ahora, luego de casi seis años sin verlo, Soobin se sorprendía de aún poder reconocerlo, viendo que el parecido con Lea era bastante notorio. Aunque siendo honesto consigo mismo, a ese adorable chico nunca podría olvidarlo.

Tenía tantas dudas, tantas preguntas que hacerle pero a la vez, lo único que quería hacer era ir y plantarse frente al menor y preguntarle si le recordaba, aún con el miedo latente de recibir una negativa que pudiera romperle su corazón nuevamente.

Siempre supo que solía aferrarse mucho a ciertas personas, no podria negarlo ni aunque quisiera o lo intentase, su hermano se lo decia, sus amigos también, incluso el mismo se repetía que no estaba bien pero ¿y si su corazón no podía evitarlo? Odiaba pensar en el olvido o el abandono de las personas importantes para él, no le gustaba.

Tal vez por eso seguía perdonando siempre los mismos errores, porque odiaba la idea de quedarse solo.

A la vez, una parte de si mismo tuvo las ganas de volver a la fiesta nuevamente, sin correr ningún riesgo emocional y buscar a sus amigos adentro, pero sabia que Heeseung habia salido llevando a rastras a Jungwon -que nisiquiera sabia que estaba en ese lugar- y Yeonjun había desaparecido en algun momento, sabiendo también que aunque lo buscara, no era seguro encontrarlo.

Y no quiso pensarlo mucho.

Por lo que tomando una respiración superficial miro el cielo estrellado, pidiendo a todo lo bueno no equivocarse y también rogando porque su corazón dejara de latir tan rápido, solo por la idea de acercarse a ese chico que una vez fue tan querido para él.

—¿Kai?

Y supo que no se equivocó cuando, a su llamado, el adorable chico alzó su mirada, dandole una bienvenida con eso ojos estrellados que seguían siendo iguales a los de ese niño de once años que tanto recordaba.

Hey you, stupid!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora