[CAPÍTULO II]

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Sus ojos paseaban de un lado a otro aburrido,estaba hasta la polla de estar hundido en laoscuridad que había en la cabaña, sentíaconstantemente sueño, lo único que le entretenía eran las constantes visitas de sus compañeros

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Sus ojos paseaban de un lado a otro aburrido,
estaba hasta la polla de estar hundido en la
oscuridad que había en la cabaña, sentía
constantemente sueño, lo único que le entretenía eran las constantes visitas de sus compañeros.

Los cuales se quedaban a su lado un par de horas para poder pasar tiempo con el italiano.

Estar solo mucho tiempo pude llevar a una
persona a la locura, o eso fue lo que la había
dicho Hai. Inconscientemente se le vino a la
mente Gustabo, ese rubio de ojos azules, que
había pasado los último días encerrado en una
caravana.

Suspiró sin poder evitar semejarse con él, ¿Que lo diferenciaba?, Ahora mismo estaba encerrado para no meter en problemas a sus amigos al verlos relacionados con él.

Conway iba principalmente por él, Toni, el
italiano que le había visto la cara y casi lo
mataba. De momento era buena idea dar una
leve pausa antes de volver a las andadas.
Estaba a nada de amanecer, la poca luz que
entraba a la cabaña eran por unos pequeños
orificios, a los cuales se aferraba para tener
cordura. Se levantó adolorido del suelo, caminado torpe hacia la puerta, necesitaba aire fresco.

Su mente ya no podía más.

Paso saliva por su garganta seca, girando el
pomo y abriendo la puerta, miro a sus
alrededores verificando que no hubiera nada
extraño, alzo la mirada para ver qué no hubiera
helicópteros, el tiempo en Londres lo había
vuelto un completo paranoico.
Era normal, estar metido en una zona que era
enemiga y que a cualquier mínimo error no la contaba.

Tomo una gran bocanada de aire, mientras
estiraba sus músculos, sintiendo el aire frío de la mañana acariciar sus piel expuesta, ahora mismo tenía una camisa de manga corta negra junto a unos pantalones blancos.

Llevo su mano a su cabello desacomodandolo, soltó un largo suspiró.
Un día más, sin hacer nada y al borde de la
locura.

Extrañaba aquellos momentos en los que
paseaba por la ciudad junto a su hermanito,
Carlo, en los que iban liandola o iban al casino.
Buenos tiempos sin duda, pero ahora esos
recuerdos parecían más bien un tormento,
extraña esas épocas, quería regresar el tiempo y volver a estar con su hermano.

Quitó de sus ojos las lágrimas que amenazaban por salir.

-¿Vas a llorar?

Al escuchar una voz ajena, se sobresaltó,
volteando con pánico al lado suyo, encontrándose a Hunt mirandolo curioso sus
expresiones.

- ¡Me asustas hijo de puta! - Grito colocando una mano en su pecho.

Soltó aire intentando calmar su respiración
agitada, del susto había hasta tomado el arma
que estaba en su bolsillo.

- Veo que pese a tu situación, no estás muy
alerta . Sonrió un poco el moreno bajando de su moto.

- Estaba reflexionando sobre la vida, coño, ¿O ya ni eso puedo? -. Bufó alejándose del extranjero.

"𝕰𝖓𝖈𝖊𝖗𝖗𝖆𝖉𝖔" 「𝙷𝚞𝚗𝚝𝚘𝚗𝚒」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora