[CAPITULO IV] ⚠️

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Desde aquel momento, Hunt pudo apreciar una silueta demasiado humana de un mafioso, ese italiano no tenía ni una pizca de malas intenciones, ¿Por qué estaba en esa situación entonces?El Gambino irradiaba una vibra demasiado genuina, algo raro de e...

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Desde aquel momento, Hunt pudo apreciar una silueta demasiado humana de un mafioso, ese italiano no tenía ni una pizca de malas intenciones, ¿Por qué estaba en esa situación entonces?
El Gambino irradiaba una vibra demasiado genuina, algo raro de encontrar en ese mundo de violencia, droga y negocios.

Tenía curiosidad, ¿Por qué había decidido ese camino?
Sus ojos cansados solo eran una clara señal de que ya no podía más, sin embargo, sus orbes se mantenía con aquel brillo de determinación.
Toni nunca huía de algún problema, siempre los enfrentaba a la cara, a excepción de este caso, que lo más racional era esconderse si quería seguir con vida.

Era un chico muy raro.

Un chico que aún tenía vida por vivir, el tío era demasiado joven, y le daba pendiente que lo que había ocurrido aquella noche le pasará en todas. Verlo envuelto en un ataque de ansiedad, lleno de lágrimas mientras trataba de consolarse a si mismo, sólo y hundido en la oscuridad.
Su pecho se regocijaba ante aquella imagen.

Sin poder quitársela de la mente, ahora mismo estaba enfrente de aquella cabaña que se había vuelto su rutina, visitar al Gambino después de haber arreglado algunas cosas con sus lacayos y la dueña del casino.
Normalmente lo visitaba por la tarde y se iba ante de que anocheciera.

Esta vez era diferente, bajo de su moto apagando el motor y sacando de la cajuela un par de botellas de alcohol, dejando en su lugar el casco.
El ambiente era tranquilo, la noche en ese descampado era relajante.

Camino hasta la cabaña, tocando suavemente la puerta, esperando que el Gambino estuviera despierto. Se sobresaltó un poco al ver cómo la puerta era abierta, dejando ver por una fisura el ojo color jade del rubio.
Sonrió ligeramente al verlo, no pudo evitar asemejarlo con un gato curioso.

— Señor Hunter, ¿Que hace aquí a estas horas? — Murmuró abriendo la puerta para dejar pasar al moreno.

— Good night italian —. Saludo en un tono suave, guiñando un ojos esbozando una sonrisa de lado, alzo las botellas que tenía en las manos dando a entender su intención ahí —. Pensé que necesitarías compañía, por lo menos esta noche.

Los ojos heterocromaticos del italiano se deslizaron por aquellas botellas con licor, llenas y sin abrir, al parecer había ido a comprarlas recientemente pues se notaba como algunas gotas se deslizaban por el vidrio.

Toni dejo la puerta abierta, retrocediendo unos pasos para sentarse en el suelo, mirando a Hunt esperando a que entrara.
El extranjero al captar el mensaje se adentro a la cabaña sentandose a la par del castaño, dejando las botellas en medio.

La cabaña por dentro seguía igual, no entraba nada de luz en el día y menos en la noche, daba hasta miedo. Pero gracias a que tenían enfrente la puerta abierta daba algo de iluminación y una bella vista de las estrellas.

— Sirvete, estoy dispuesto a limitarme con tal de que tú disfrutes —. Dijo destapando una botella para dársela al castaño.

— Gracias —. Murmuró al tenerla en sus manos, Hunter abrió la otra y de una le tomo un gran sorbo.
Se sorprendió al ver cómo el extranjero era capaz de tomarse aquella bebida como si fuera agua.

"𝕰𝖓𝖈𝖊𝖗𝖗𝖆𝖉𝖔" 「𝙷𝚞𝚗𝚝𝚘𝚗𝚒」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora