𝓑𝓲𝓻𝓽𝓱𝓭𝓪𝔂 𝓑𝓸𝔂

MI MAYOR DESEO ERES TU

Draco desde siempre había odiado su cumpleaños, solía pensar que estaba plagado de personas hipócritas las cuales solo se acordaban de él cada que requerían de su ayuda en clases de pociones, además de que no podía soportar aquella manera en la cual sus amigos acostumbraban en la que todas las mañanas lo levantaban forzosamente temprano para felicitarlo , recordaba que de pequeño esperaba la llegada de esta fecha muy emocionado ya que sus padres siempre tenían un desayuno especial preparado exclusivamente para él , e incluso recibía una gran cantidad de regalos por parte de diversas personas , exceptuando algunos de los invitados de sus padres que no le agradaban en lo absoluto. 

Con el tiempo su emoción disminuía a tal grado de detestar cumplir años adjudicando que nada bueno se podría esperar de ese día y diciendo que se lo tenía bien merecido por su participación en la guerra algo así como si hubiera sido maldecido para no disfrutar ese día, quizá era absurdo que pensara de ésa manera pero en su momento era la única idea que rondaba en su mente. Desde la mesa de Slytherin podía observar cómo cada uno de los estudiantes celebraba su propio cumpleaños , e involuntariamente su mirada siempre se dirigía hacia Potter , seguramente él podía pasar mejores cumpleaños , probablemente la familia con la que se criaba le daba todo solo por ser el tonto Harry Potter y quizá cada año recibiría correspondencia del montón de admiradoras y admiradores teniendo toneladas de ellos.

 El pensar en eso hizo que Draco se enfureciera consigo mismo, se reprendió mientras pensaba en que debía de evitar el insultar a Potter por sus desgracias, a fin de cuentas, se suponía que ambos ya se llevaban mejor , sin embargo eso no evitaba que sintiera ciertos celos hacia él ya que a diferencia del pelinegro contaba con un muy reducido grupo de amigos con los que celebrar dicha fecha y que a causa de su mal humor los ahuyentó no dejando que permanecieran a su lado a pesar de la insistencia de los mismos. 

Mientras le daba vueltas a las ideas en su cabeza llegaba a la conclusión de que quizá solo exageraba y el día podría no ser tan malo mentalizándose en el hecho de que Potter no tenía la culpa de que sus cumpleaños fueran una mierda y quién podría culparlo si todas las personas que conocían a Harry quedaban encantadas, incluyéndose, ya que, una vez concluida la guerra, hicieron las pases y podría decirse que hasta ya eran amigos, no tan cercanos como le gustaría, pero al menos ya no se molían a golpes cada que se veían, se reunían a platicar sobre las clases, esto en parte como excusa de ambos para poder verse ya que con el tiempo hablando habían desarrollado ciertos sentimientos entre ellos e incluso se realizaban insultos amistosos para no perder la costumbre y en parte para ocultar un ligero coqueteo. 

Mientras tanto Draco continuaba cuestionándose mentalmente para saber cuál sería la razón por la que no lograba sentirse a gusto con esta fecha, teniendo en cuenta que Harry no era el problema, y probablemente solo estaba celoso de la atención que el moreno recibía. 

Mientras meditaba se dirigió al campo de quidditch esperando poder ocultarse por un tiempo de sus compañeros de Slytherin y tal vez rememorar las épocas en las que jugaba, desde la guerra no había vuelto a subirse a una escoba porque cada que lo hacía recordaba la vez en la que casi muere quemado al intentar escapar de la sala de los menesteres y se le venía a la mente el ver caer a su amigo en el fuego, es por ello que no volaba a menudo le traía algunos malos recuerdos y que esperaba pronto pudiera dejar todo eso atrás y sentirse pleno, podría decirse que se encontraba en proceso de lograrlo gracias a que la nueva directora Minerva McGonagall solicitó que todos los alumnos debían de recibir ayuda psicológica a cargo de un medimago para considerarse aptos para regresar a la escuela y agradecía aquello.