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Jimin salió de su casa luego de darse unos últimos retoques, quería verse tan bonito como pudiera para el señor Jeon

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Jimin salió de su casa luego de darse unos últimos retoques, quería verse tan bonito como pudiera para el señor Jeon. Caminó directo hasta la casa de su vecino y al llegar no dudó en tocar la puerta, esperó unos segundos hasta que logró escuchar unos pasos dirigiéndose hacia ella.

La sonrisa que Jimin cargaba se esfumó en un segundo al ver a otro hombre que no era su vecino abrir la puerta.

—Hey, tú debes ser Jimin.

Jimin asintió un poco confundido.

—Eres más bonito de lo que imaginé, justo el tipo de Jeon.

—¿Q-qué?

—Un placer, soy Kim Seokjin. El abogado de Jungkook.—Extendió su mano para estrecharla con el menor.—Yo ya me iba, disfrútalo.—Dijo apuntando a Jeon quien se dirigía hasta ellos.

—Largo de aquí, Kim. No lo molestes.—Habló Jeon.

—Hasta luego.—Seokjin se despidió con una sonrisa de Jimin y luego salió de la casa para subir a su auto y marcharse.

Jungkook observó a Jimin quien se quedó en la entrada mirándolo sin hacer nada.

—¿No vas a pasar, mocoso?

—¿Qué? Ah, sí, lo siento.—Se adentró en la casa para después cerrar la puerta.

Una vez adentro Jungkook se sentó en el sofá mientras tomaba un vaso de la pequeña mesa frente a él y se sirvió un trago.

—¿Por qué estaba su abogado aquí?—Preguntó Jimin un poco dudoso.—Acaso... ¿Es por los Kim?

—Algo así.—Fue lo único que dijo.—Ven aquí.—Palmeo el sofá para que Jimin se sentara junto a él.—¿Cómo te fue hoy en la escuela? ¿Ya comiste?

—Bien... Y aún no, señor.

—¿Quieres comer algo?—Preguntó mientras tomaba un sorbo de su bebida.

Jimin no dijo nada y solo observó cada movimiento que Jeon hacia, el movimiento de sus labios chocando contra el vaso de cristal, su manzana de Adán que subía de arriba hacia abajo cuando el licor recorría por su garganta y aquel gesto que hacía con sus cejas al degustar su sabor.

—Creo que si hay algo, señor.

—¿Qué es?, dímelo y lo conseguiré para ti.—Sacó el teléfono de su bolsillo y abrió la aplicación para pedir comida.

—Lo quiero a usted.

Jungkook detuvo sus movimientos y dirigió su mirada lentamente hacia Jimin quien lo miraba fijamente a los ojos sin agachar la mirada.

—Ven acá.—Palmeó sus piernas y se acomodó mejor en el sofá, Jimin no lo pensó dos veces y se sentó sobre ellas.

Jungkook tomó su barbilla y lo miró a los ojos por unos segundos para después acercarse lentamente hacia su boca y rosar sus labios sin llegar a tocarlos por completo. Notó como la respiración de Jimin estaba acelerada y soltó una pequeña risita para después alejarse un poco.

—Eres un pequeño atrevido.

Jimin no dijo nada y solo lo observó un poco decepcionado, realmente esperaba que su vecino lo besara.

—Pero por ahora tendrás que conformarte con comida.—Tomó nuevamente su teléfono e hizo una seña para que Jimin se quitara de sus piernas y se sentara a lado de él.—¿Qué se te antoja?

—Pizza.—Dijo mirándolo con recelo y haciendo un pequeño puchero.

—Bien, pizza será entonces.—Hizo la orden en su teléfono y de nuevo dirigió su mirada hacia Jimin.

En un solo movimiento nuevamente lo tomó de la barbilla y le dió un pequeño beso en sus labios provocando que Jimin abriera los ojos sorprendido por su acción.

—No vuelvas a hacerme un puchero, o no podré contenerme.

—No vuelvas a hacerme un puchero, o no podré contenerme

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Call me daddy ⌗ kookmin AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora