Fotografías.

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Era Sábado temprano y como no tenia mas nada que hacer decidí limpiar un poco mi departamento. No haría nada peligroso solo algo de aseo y aprovechando el tiempo libre no me caería mal, después de todo mi pequeño espacio comenzaba a verse mas a un bazar que un hogar y eso no era digno de verse para nadie.

Coloque música por medio de mi móvil a los parlantes que tenia en la estancia poniendo manos a la obra. Comencé en la cocina, limpiando los platos y colocándolos a todos en su sitio correspondiente con sumo cuidado y orden. Luego ordene los cojines, muebles, cortinas y todo espacio que recudiera mi atención. Me tome mi tiempo con cada rincón de mi hogar incluido el baño, que no pudiera hacer demasiado esfuerzo no significaba habitar en dichas condiciones.

 Me dirán loca pero esto era terapéutico para mi. Después de cierto tiempo es como un ritual donde te aseguras que todo quede lo mas inmaculado posible, esa sensación de limpieza obsesiva que ataca y no para hasta asegurarte que todo permanezca tal y como quieres. Quizás todos nosotros llevamos algo de esto por dentro para sentirse identificado, o quizás solo sean cosas mías.

-Bien, este sitio ya esta listo-Comente para mi misma mientras observaba mi estancia. Antes vuelta una zona de conflicto y ahora digno de un catalogo de interiores.-Solo falta...un ultimo destino.

Mire la puerta de mi habitación blanquecina, era lo que se interponía entre el desorden y mi victoria. Abrí con mucho cuidado contemplando mi misión final. No tarde mucho en cuanto a organización, pues era el único lugar que al menos hacia justicia, excepto por algo.

El closet.

 Con tan solo abrir las puertas de aquel espacio, era toda una hazaña. Llevaba desde las fiestas que no limpiaba correctamente mi closet, solo arrojaba cosas y fingía que todos mis problemas se resolverían mágicamente o eso creía y todo se resumía en este momento. Tome aire y me propuse a no ser intimidada por el desastre que yo misma había evadido por meses. Saque ropa, zapatos y otras pertenencias que ni siquiera recordaba que tenia, como el vestido que Rouge me había prestado y que recuerdo haberle dicho que devolví junto con estos tacones...ups.

Poco a poco veía la luz al final del túnel cuando por fin detalle el piso de cerámica nuevamente.

-Solo una ultima caja de...sea lo que sea esto-Murmure tomándola de un rincón para luego tomar asiento en la esquina de mi cama. Descansaría luego de tan gran hazaña.-Mmm... veamos.

La abrí con detenimiento y cuidado hasta que reconocí un encuadernado muy familiar.

Recuerdos de secundaria.      

-¡Mi álbum de fotos!-Exclame alegre mientras comenzaba a hojearlo mirando su contenido. Recuerdo que en secundaria y hasta la universidad pertenecí al club de arte y fotografía, era una de las cosas que me encantaba hacer junto con el boxeo claro, mi pasatiempo favorito.- Rayos, me había olvidado de esto.

No solo encontré mi álbum de fotografías de secundaria y preparatoria también muchas fotos mas en mis años de universidad. Reía cada vez que encontraba una, mas que por las fotografías que de por si, eran graciosas en su mayoría, sino por cada recuerdo y memoria que revivía conforme las miraba.

 Tails en la playa con Silver y Knuckles, pobres ilusos no vieron la enorme ola que se les aproximaba, y de hecho aquí esta después de que esta los arrastrara de regreso. O esta de Blaze en la montaña rusa aterrorizada luego de perder dicha apuesta con Silver y aceptara salir con el. Creo que esa primera cita no fue placentera en lo mas mínimo o esta de Rouge mientras bailaba la macarena en una fogata, si mal no recuerdo fueron en las vacaciones de verano donde viajamos a las montañas por temporada...recuerdo que era la primera noche y Rouge como siempre con el desmadre por delante no aceptaría menos, no pidan detalles no recuerdo mucho a decir verdad. Y así muchas mas, cuando perdimos el vuelo de regreso, el viaje por carretera, la obra escolar y... esta.

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