—¿Wendy? ¿Gajeel? ¿A dónde fueron esos dos? —preguntaba Natsu al vacío tras ver que sus dos últimos guías ya no estaban frente a él.
De repente un fuerte retumbar se escuchó tras de él al tiempo que una enorme figura se le acercaba.
—La Semilla de Dragón. —habló una gruesa voz que el joven reconoció inmediatamente, por lo cual giró la cabeza. —Eso es lo que está en tu cuerpo. —comentó.
—Igneel...
—Esa es la oscuridad con la que cargan los Caza Dragones. Cuando crece, convierte a los humanos en dragones. —decía el dragón al tiempo que todo el espacio mental de Natsu se convertía en un infierno ardiente. —No obstante, yo frené su crecimiento. —Natsu se quedó observando a su padre por unos instantes. Ya por fin había entendido que ese espacio no era más que una proyección de su mente, pero aun así agradecía poder ver una vez más a su padre. —Esa semilla ya no debería de crecer. —dijo él con gran seguridad.
—Pero ahora que tú ya no estás...
—No. Ese no es el motivo. Hay otra semilla en tú interior. —el joven humano lo miró con gran confusión y extrañeza. —Podemos llamarla "Semilla de Demonio". Esa es la prueba de que eres E.N.D. —oír eso hizo que Natsu abriera levemente los ojos. —Ambas semillas luchan por fusionarse. Eso es con lo que tu cuerpo está peleando ahora mismo. —explicó el Rey de Fuego con seriedad.
—¿Es por eso qué voy a morir? —cuestionó Natsu apretando los puños con frustración.
—Sí. Si la Semilla de Dragón y la Semilla de Demonio se mezclan, morirás cómo humano. Pero si no se mezclan, morirás en verdad. —explicó el dragón con seriedad.
Tras escuchar eso Natsu exhaló al tiempo que bajaba la mirada derrotado. Varias veces había estado al borde de la muerte. Desde que empezó a trabajar cómo mago había ido a misiones que hacían que pensara que no volvería al gremio. Sin embargo, a la hora de pelear siempre había algo que le permitía salir victorioso. Ya fuesen cosas cómo su propio poder, la ayuda de alguien más o las debilidades de su oponente.
No obstante, esta situación era completamente adversa. Lo viese por donde lo viese, iba a morir; o al menos así lo entendió él.
—Aún hay muchas cosas que quiero hacer. —decía con pesar. —Además, aún tengo que derrotar a Zeref y a Acnologia. —de repente, su padre le dio un golpe en la cabeza haciendo que él se quejara del dolor para después reaccionar levemente molesto. —¿Por qué me golpeas cuando ando deprimido? —preguntó el pelirrosa.
—Escucha hasta el final antes de quejarte. —dijo Igneel.
—¿Eh?
—Te dije que tu cuerpo anda luchando contra ambas. —remarcó con ahínco el dragón. —Eso significa que si tu cuerpo deja de luchar y les permite fusionarse tú seguirás viviendo. Simplemente, ya no serás un humano. —Natsu miró sorprendido a su padre.
—Deberías de dar las explicaciones completas desde el principio para la próxima. —esa frase hizo que Igneel bufara con un leve sonrojo que su hijo no notó por el color de sus escamas. —¿Y bien? ¿Qué debo hacer? —preguntó interesado por cómo detener su condición.
—Acepta tu verdad. Acepta quien fuiste antes de conocerme, quien eres. —dijo Igneel al tiempo que un pequeño niño de pelo negro aparecía tras de Natsu.
Al darse cuenta hacia donde estaba viendo Igneel, el mago de fuego giró la vista encontrándose con lo que parecía ser Zeref en una versión infantil que le sonreía amablemente al tiempo que abría los brazos para recibirlo en un abrazo. Tras ver eso, un sentimiento de familiaridad inundó su pecho al tiempo que las memorias que había visto llenaban su cabeza causando que sus ojos se llenaran de lágrimas.
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La nueva era de los dragones
FanfictionEl viejo Rey de los Dragones ha muerto. Con ello se ha alzado uno nuevo. Ahora, todos aquellos dragones que estuvieron escondidos por el temor a Acnologia se disponen a mostrarse al mundo, lo que podría traer caos cómo el de antaño. Por ello el actu...