La nueva era de los dragones

Orden

El Consejo Mágico, la organización que coordina y supervisa a los gremios de magos; eran aquellos que se encargan de mantener el orden en el continente de Ishgar. Este organismo, actualmente comandado por los magos "más poderosos" del continente se enfrentaba a varios problemas.

El más importante de ellos era que, gracias a las batallas que se libraron durante la guerra se dieron cuenta de cuan débiles eran ellos hoy en día. En especial si se comparaban con los principales héroes de la guerra, los magos de Fairy Tail. Debido a eso, algunos de sus miembros dimitieron de sus cargos, dejando varios huecos en la organización, eso sumado al próximo deceso de uno de sus miembros más antiguos, importantes y respetados, Warrod Sequen. Debido a eso, sabían que debían de reformar sus filas.

Mientras tanto, lejos de ahí, en la ciudad de Magnolia, más específicamente, el gremio Fairy Tail, se encontraban reunidos sus miembros en su recientemente reconstruido gremio para discutir un asunto de suma importancia.

—¡Escuchen con atención, cabrones! —habló imponente el mago de Crash haciendo que todo el alboroto se calmara al momento. Para muchos de los miembros les era raro que Gildarts estuviera todavía en el gremio. Sin embargo, eso era debido a que él había decidido que por fin se quedaría en la ciudad, eso debido a varias razones. Sin embargo, la más importante estaba por ser revelada.

—Levi, puedes empezar. —dijo Erza con voz seria hacia la peliazul, quien sólo asintió con firmeza mientras daba un paso al frente.

—Hace unos días, llegaron unas cartas del consejo mágico —el escuchar aquella organización hizo temblar algunos de los magos, en especial a un mago pelirrosa, quien en constantes ocasiones había sido sancionado por ellos —. En ellas nos decían varias cosas. La primera de ellas y más importante, que pese a haber tenido un total de ocho maestros, varios de nuestros maestros no han tenido un periodo constante y creen que los cambios no son más que un chiste de mal gusto para ellos. Por ende nos pidieron que pongamos un orden adecuado para los mismos. —tras esas palabras varios recordaron el funeral que hace poco habían tenido.>>

>>Ayer nos reunimos los directivos del gremio y decidimos el orden en que se nombraran a los maestros y quien será el maestro actual del gremio —intervino Levi al ver como el ambiente se ponía sombrío debido a los tristes recuerdos.

Esas palabras generaron una gran expectativa en los magos, algunos ya estaban pensando en sus candidatos, muchos apostaban por Erza, quien ya había ejercido el puesto durante el conflicto con Álvarez, mientras que por su lado algunos apostaban por Mira, quien siempre estuvo al lado del maestro y conocía cómo se manejaba el consejo gracias a ello, unos pocos pensaban en Macao o en Levi, quienes eran figuras quienes pese a su bajo poder mágico eran las mejores opciones entre los comunes.

—Cómo primer maestra del gremio está, indiscutiblemente, Mavis Vermilion —todos en el gremio asintieron sin rebatir nada —. El segundo maestro, Precht Gaebolg —para aquellos que combatieron con él en la Isla Tenrou el recordarlo era algo molesto, sin embargo, ellos preferían pensar que no era el mismo que alguna vez fue el maestro del gremio y era una persona completamente diferente —. Como tercer maestro, Makarov Dreyar. Quien además se le menciona cómo maestro regente durante dos ocasiones. La primera cuando retomo mandato por la deserción de su sucesor y cuando el gremio se reconstruyó —con la mención de Makarov hubo ojos que se humedecieron amenazando con convertir el lugar en un río si no cambiaban el tema.>>

>>El cuarto maestro, Macao Conbolt, quien dirigió al gremio en ausencia del tercero tras el incidente de la Isla Tenrou y dimitió al cargo tras el regreso de este —Macao sonrió al ver cómo su labor era reconocida ante el resto de los miembros, sabiendo que con eso su nombre pasaría a la historia del gremio —. Y ahora, nombrando al quinto y actual maestro del gremio, Gildarts Clive —por un momento todo el gremio quedó en silencio para instantes después soltar un grito en conjunto que se escuchó por todo el pueblo.