DEDICADO A @princesitaniallhoran
Ya han pasado dos semanas desde el viaje que emprendió mi padre rumbo a su pueblo natal, para "supuesta mente" ayudar a Tío Roby a resolver algunos asuntos de negocios y definitivamente mis padres no se percataron de mi presencia la noche en la que conversaban sobre la verdadera razón de tan inesperado viaje. Sé que no se han enterado de que los escuché pues mi madre actúa naturalmente y cada tanto hace algún comentario acerca del viaje o de los negocios que están finiquitado mi tío y mi padre, sé que ella lo hace para mantener su mentira fuera del peligro de mi mente curiosa y suspicaz.
Lo que realmente me intriga y me confunde es la tardanza, pues cuando hablaron se podía no sólo entender la prisa que tenían de marcharnos, sino que también podía sentir una grave preocupación que sin entender me invade hasta el día de hoy, es como si en mi interior supiera lo que ocurre y peor aún, lo que se avecina.
A medida que trascurre el día siento una presión en mi pecho cada vez más fuerte, para la hora de la cena me siento tan angustiado que no se lo logro ocultar a Mamá.
-Nick ¿qué ocurre?
-Nada Mamá.
-Hijo, claro que te ocurre algo hace unas horas te morías porque te prepara la lasagna y ahora llevas veinte minutos revolviéndola y no has probado un solo bocado.
-Solo se me quitó el hambre Mamá.
-Mi a mor está bien si no me quieres decir lo que te ocurre, pero los dos sabemos que solo se te quita el hambre cuando comes y no te resistes a una lasagna.-Dijo un tanto resignada Mamá.
-Mamá, no es que no te lo quiera decir –dije con cierto cargo de conciencia- es sólo que...
Y sin dejarme terminar la frase inesperadamente ella misma me salvó de su interrogatorio y contestó por Mi -...que estás triste por la partida de tu Padre.
-Si Mamá es eso, no estoy acostumbrado a que Papá salga por tanto tiempo– realmente estaba preocupado por mi padre, pero por no saber la verdad no porque viajara.
El resto de la cena ninguno dijo una sola palabra, Yo porque realmente no podía decir nada sin llegar a delatarme y reconocerle a Mamá que sabía que me ocultaba algo y estoy seguro que ella tampoco habló por la misma razón, supongo que si trataba de justificar la ya alargada ausencia de Papá tal vez terminaría hablando de más y es muy probable que aún no tuviera una explicación convincente para nuestra cercana partida. Así que hasta cierto punto para mi bien todo quedó en un incómodo y largo silencio.
Yo no terminé mi lasagna la cual probé más por pena con mamá que por ganas de comer pues cada vez me sentía más indispuesto, no lograba encontrar una explicación para esta sensación que ahora recorría mi cuerpo, ni siquiera lograba hallar una palabra para describirlo.
Subimos un poco más temprano de lo habitual a nuestras recamaras para descansar y nos limitamos a darlos un pequeño beso en la mejilla como buenas noches, ninguno de los dos se atrevió a hablar.
Me acosté para conciliar el sueño y aunque creí que no lo lograría, increíblemente me dormí sin darme cuenta cómo.
De repente sonó u portazo y escuche unos pasos subiendo rápidamente las escaleras, eran dos personas.
-Linda despierta debemos empacar- era mi Padre muy afanado y realmente angustiado.
Se abrió de un golpe la puerta de mi cuarto y enseguida entró torpemente mi Tío Roby quien tropezó y calló antes de lograr encender la luz.