📚𝗅𝗅 45

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Capitulo 45// "El fin, parte 02"

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Capitulo 45// "El fin, parte 02"


Las paredes volvieron a temblar. Harry guió a sus amigos por la entrada oculta y por la escalera que conducía a la Sala de los Menesteres. Allí sólo quedaban cuatro mujeres: Ginny, Tonks, Alice y una bruja muy anciana con un sombrero apolillado, a la que Harry reconoció al instante: era la abuela de Neville.

—¡Ni creas que te libraras de esta Nyphandora!—exclamo Alice mandando a volar a un mortifago.

—¡Ah, Potter! —dijo la anciana con desenvoltura—. Ahora podrás explicarnos qué está pasando.

—¿Están todos bien? —preguntaron Ginny y Tonks a la vez.

—Que nosotros sepamos, sí —respondió Harry—. ¿Todavía queda gente en el pasadizo que lleva a Cabeza de Puerco?

Era consciente de que la Sala de los Menesteres no se transformaría mientras quedara alguien dentro.

—Yo he sido la última que ha entrado por ahí —dijo la señora Longbottom—. Y lo he cerrado, porque no creo que sea conveniente dejarlo abierto ahora que Aberforth se ha marchado de su pub. ¿Has visto a mi nieto?

—Está combatiendo —contestó Harry.

—Claro —dijo la anciana con orgullo—. Perdonen, pero tengo que ir a ayudarlo.

Y se encaminó hacia los escalones de piedra a una velocidad asombrosa.

—Creía que estabas con Teddy en casa de tu madre —le comentó Harry a Tonks.

—No podía soportarlo. Necesitaba saber... —Estaba muy angustiada—. Mi madre cuidará de él.¿Has visto a Remus?

—Creo que planeaba llevar a un grupo de combatientes a los jardines...

Tonks no dijo nada más y se marchó a toda prisa.

—Lo han hecho bien chicos. —sonrio Alice para después acercarse a Harry—Cuidate—beso su frente para después correr detrás de Tonks.










































—El Fuego Maligno, o fuego maldito, es lo que nos dijo Alice en el refo, es una de las sustancias que destruyen los Horrocruxes, pero jamás me habría atrevido a utilizarlo, es muy peligroso. ¿Cómo habrá sabido Crabbe...?

—Deben de habérselo enseñado los Carrow —dijo Harry con desprecio.

—Pues es una lástima que no prestara atención cuando explicaron qué se tenía que hacer para detenerlo —dijo Ron, que tenía el pelo chamuscado, igual que Hermione, y la cara tiznada—. Si no hubiera intentado matarnos a todos, lamentaría que haya muerto.

—Pero ¿no se dan cuenta? —susurró Hermione—. Eso significa que si atrapamos a la serpiente...

Pero no terminó la frase, porque el pasillo se llenó de gritos y berridos, y de los inconfundibles ruidos de un combate de duelistas. Harry miro a su alrededor y sintió que el corazón se le paraba: los mortífagos habían penetrado en Hogwarts.

Fred, Alice, Charlie y Percy acababan de aparecer en escena, luchando contra figuras con máscara y capucha. Los tres amigos acudieron rápidamente en su ayuda; salían disparados chorros de luz en todas las direcciones, y el tipo que peleaba con Percy se retiró a toda prisa; le resbaló la capucha y los chicos vieron una protuberante frente y una negra melena con mechones plateados...

—¡Hola, señor ministro! —gritó Percy, y le lanzó un certero embrujo a Thicknesse, que soltó la varita mágica y se palpó la parte delantera de la túnica, al parecer aquejado de fuertes dolores—. ¿Le he comentado que he dimitido?

—¡Bromeas, Perce! —gritó Fred al mismo tiempo que el mortífago con quien peleaba se derrumbaba bajo el peso de tres hechizos aturdidores. Thicknesse había caído al suelo y le salían púas por todo el cuerpo; era como si se estuviera transformando en una especie de erizo de mar. Fred miró a Percy con cara de regocijo—. ¡Sí, Perce, estás bromeando! Creo que es la primera vez que te oigo explicar chistes desde que...

En ese instante se produjo una fuerte explosión. Los ocho muchachos formaban un grupo junto a los dos mortífagos —uno aturdido y el otro transformado—, y en cuestión de una milésima de segundo, cuando ya creían tener controlado el peligro, fue como si el mundo entero se desgarrara.

Harry saltó por los aires, y lo único que atinó a hacer fue agarrar tan fuerte como pudo el delgado trozo de madera que era su única arma y protegerse la cabeza con ambos brazos. Oyó los gritos de sus compañeros, pero ni siquiera se planteó saber qué les había pasado...El mundo había quedado reducido a dolor y penumbra. Harry estaba medio enterrada en las ruinas de un pasillo que había sufrido un ataque brutal. Sintió un aire frío y comprendió que todo ese lado del castillo se había derrumbado; notaba una mejilla caliente y pegajosa, y dedujo que sangraba copiosamente.

—¡FRED!

—¡CHARLIE!





































Nota de la autora:

Este mis querido/as lectores es el último capítulo.

Es un rato más se subirá el epílogo.

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𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍; Charlie Weasley ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora