𝕋𝕙𝕖 ℍ𝕖𝕝𝕝𝕙𝕠𝕦𝕟𝕕𝕤 - Jordan Parrish [EN EDICIÓN]

【42】

Cerbero y Perséfone.

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓟𝓪𝓻𝓻𝓲𝓼𝓱

Subimos al coche de Lydia, antes de que esta arrancase, mandó un mensaje a Chris Argent. Íbamos hacia el bosque a buscar a Victoria, sólo quería saber que estaba bien, sabía que lo estaba, pero notaba que estaba muy mal herida. Llegamos y por mí instinto mis piernas iban haciendo el camino, Lydia venía detrás mía.

Al cabo de unos minutos, la encontré, tirada cerca del puente. Corrí hacia ella, me puse a su altura y la cogí para apoyar su cabeza entre mis manos y mi pecho.

- Vicky... - susurré. - Vicky vamos despierta. ¡Vicky! - empecé a llamarla. - Venga Vicky abre los ojos, vamos pequeña tu puedes.

Lydia se puso a mi lado, puso su mano sobre mí hombro e hizo que me apartase. Ella se la acomodó sobre sus brazos.

- Tori... Sé que puedes oírme, tienes que luchar contra tu interior, eres más fuerte y mucho más poderosa de lo que te puedas llegar a imaginar. Tienes que despertar, te necesitamos, Jordan te necesita, tenéis que acabar con esa bestia y traer de vuelta al chico o a la chica que lo tiene. Vamos, abre los ojos... ¡TOOOOOOORIIIIIIIIIIIIIIII! - gritó como Banshee, un grito que hizo que todo el suelo del bosque e incluso los árboles reyunbasen. Victoria abrió los ojos, haciéndose mostrar el naranja fuego de sus ojos junto con sus colmillos afilados y con ello un rugido feroz salía de su garganta. Volvió en sí, y empezó a respirar con pesadez.

- Hey, hey, pequeña... Todo irá bien, ¿vale? Estoy aquí. Todo va a salir bien, todo va a salir bien. - le dije a la altura de su cabeza mientras cogía su rostro con mis dos manos y besaba su frente. Ella cogió con una de sus manos, una de mis muñecas y me acarició.

- Me... Me duele... - se tocaba con la mano su estómago. Tenía una grandisima herida, incluso más profunda que la mía.

- Te pondrás bien. Ambos os pondréis bien. - le dijo Lydia.

Victoria miró hacia su amiga y asintió. Junto con Lydia llevamos a Victoria hacia el coche, la puse de copiloto para que vaya más cómoda, me puse detrás, Lydia subió a su asiento, le puso una manta que sacó de su maletero y arrancó el coche para ir hacia el bunker de los Argent.

Llegamos al bunker. Victoria se sentó en una silla y me senté en otra a su lado. Chris empezó a mirar nuestras heridas.

- Se están curado. Lentamente. - nos dijo.

- ¿Podéis decirnos lo que recordáis? - nos pregunto Gérard.

- Sólo pequeñas cosas... - intentó hablar Victoria.