𝕋𝕙𝕖 ℍ𝕖𝕝𝕝𝕙𝕠𝕦𝕟𝕕𝕤 - Jordan Parrish [EN EDICIÓN]

【33】

Sheriff.

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪𝓭𝓸𝓻

Stiles se encontraba junto con su padre en el hospital, iban a operarlo para curar la herida que tenía en el abdomen.

Scott estaba en su casa mirando porqué no se curaba la herida que le hizo Theo. Gruño fuerte de la rabia.
Se había enterado de lo del padre de Stiles, se disponía a ir hacia el hospital, pero se empezó a marear y se calló al suelo desmayado.

Victoria y Parrish estaban en casa de este último duchandose, abrieron la cortina y se encontraron a Lydia frente a ellos. Vieron como a su al rededor habían hojas como del bosque, Victoria se acercó a ella y cogió su mano, viendo como una de sus uñas estaba negra por la sanfre.

- ¿Que esta pasando? - preguntó Parrish a espaldas de su chica.

- Sois unos presagios de la muerte, ¿no lo sabéis? - les dijo Lydia.

- ¿Saber que? - pregunto Victoria sin entender que ocurría.

- Alguien se muere... - les respondió.

El claxon de un coche les despertó. Parrish reaccionó y apartó el coche haciendo que este empezase a dar vueltas sobre la carretera. Parrish llamó a su compañera Clark.

- ¿De qué estás hablando? - le dijo esta a través de la radio.

- No se como lo sabemos pero Lydia a desaparecido. - le contestó Parrish alterado.

- ¿Parrish? Tu y Victoria habéis desaparecido, y mucha gente aquí está confundida sobre tu comportamiento, incluida yo. - le contestó esta mirando hacia la celda donde deberían de estar los dos.

- Lo se, intentaré explicarlo, pero busca a todos los lugares posibles. - pedía Parrish.

- Parrish no hay nadie disponible, ¿tienes idea de lo que está pasando? El letrero del instituto de alguna manera a terminado en uno de los pasillos, la biblioteca está destrozada, puede que haya un animal prehistórico por las calles y yo estoy empezando a pedir un traslado.

- Escucha, está bien, haré todo lo que pueda más tarde, pero ahora tengo que ir con mi chica a encontrar a Lydia.

- Parrish...

- ¡Tengo que encontrarla! - le gritó y le colgó.

Ambos bajaron del coche y se fueron hacia el bosque.

- ¡LYDIA! - gritó Victoria con desesperación.

- ¡LYDIA! - grito esta vez Parrish.

La linterna que llevaban empezó a fallar. Parrish sacó una antorcha de su mochila, la encendió y los ojos de ambos chicos cambiaron al naranja fuego, tiró la antorcha al suelo y siguieron hacia delante. Encontraron a Lydia, catatónica, Victoria dijo de llevarla a su casa para hablar con su hermano, ya que el quizá sabría que le ocurría. Llegaron a casa de los Mccall y vieron a Scott en mitad del pasillo de las habitaciones de los chicos.