ᶠᵉᵇʳᵘᵃʳʸ ¹¹ᵗʰ, ²⁰¹⁰. ᴴᵃⁿⁿᵒᵛᵉʳ, ᴬˡᵉᵐᵃⁿⁱᵃ
Queridos Yvonne y Arno,
Mi psicóloga me dijo que escribir una carta para contarles algo de lo que me está pasando, me iba a ayudar a superar vuestra muerte. Para empezar: Son unos hijos de puta. ¿Por qué mierda me dejarían algo tan importante a mi cargo? Ojalá teneros aquí delante y poder patearles el culo, por ser unos malditos idiotas. Cómo se nota que estaban hecho el uno para el otro.
Belina era muy joven todavía y tener la enorme responsabilidad de cuidar a una niña era demasiado para ella. No sabía que hacer, porque tener hijos era algo que planeaba en tener dentro de muchos, muchos años.
Sentía que no tenía otra opción más que quedarse con la niña. Al principio, Belina estaba conmovida por esto, porque no todo el mundo le confiaba la vida de su hijo a un amigo suyo. Pero rápidamente dejó de estarlo al darse cuenta de que eso significaba perder a sus dos mejores amigos desde que era una niña.
La niña estaba cabizbaja y parecía muy triste. Estaba escondida detrás de la trabajadora social y no entendía por qué estaba en casa de Lina, esa mujer que era como su tía.
Hoy es 1 de marzo. Joe lleva conmigo unas cuantas semanas ya, puede que un mes. Aún se está adaptando a su nueva casa y al ambiente nuevo. Y yo también. Se pasa casi todo el día en su cuarto jugando con sus juguetes y practicando con mi guitarra. Parece que la quiere más que a ustedes.
— Señorita Mertens, ¿entiende lo que le digo? —dijo la mujer en alemán.
Belina dejó de mirar a Joe y miró a la mujer.
— Entiendo que esta es una situación trágica y me imagino que usted aún está de luto —dijo, quitándose las gafas y suspirando suavemente—, pero aquí a una niña que se ha quedado sin sus padres.
— Me está diciendo... —se relamió los labios, pensando en qué decir— ¿Qué Arno e Yvonne de verdad firmaron un documento en el que decía que tendría yo la tutela en caso de... pasarles algo?
La trabajadora social asintió.
— No es obligatorio, por su puesto —dijo—. La pusieron a usted como primera opción.
— ¿Cuáles son las siguientes? —pregunta Belina, mordiéndose los labios con nerviosismo.
La mujer se quedó callada y negó lentamente con la cabeza.
— Esto es una locura —dijo Lina sentándose en el sillón con una mano en la cara.
No ha sido todo bueno. Se pone de los nervios muy rápido cuando tiene que hacer algo que no quiere, por ejemplo, bañarse o vestirla y lanza rabietas con mucha frecuencia. Llora, grita, se muerde a sí misma con tal de no morderme a mí... Me imagino que no era así antes y lo entiendo. Para ella, debe de ser muy duro perder a sus super héroes. Pero que no cunda el pánico, porque por suerte, tiene todo lo bueno de ustedes dos.
— Necesito una respuesta rápida. Quiero que entienda que no hay opción correcta o incorrecta —dijo la mujer sentándose en uno de los sillones paralelos a Belina—. Pero sí que tenga en cuenta la velocidad de su respuesta para poder encontrarle a Joe un hogar lo antes posible.
— ¿Y cómo saben que soy la persona correcta? —pregunta Belina, algo exaltada— Tengo tan solo 22 años.
— Sí, y es estable económicamente con un puesto de trabajo asegurado. Por no decir que también tiene la autorización legal de los padres —debate la trabajadora.
Belina se mordió la lengua.
— Yo... —dijo con dificultad— ¿Cómo voy a cuidar a una niña? ¿Cómo lo hago bien?
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Behind the scenes // Sadie Sink
Fanfiction¡Detrás de cámaras de mi fanfic "Stranger Things [Max Mayfield]"! Joe y Sadie, las protagonistas de la famosísima serie creada por los Duffer, Stranger Things, empiezan a aprender cosas de la otra gracias a los largos años y horas compartidas en es...