Capítulo 2. Las cartas sobre la mesa

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Mantuvieron una seria conversación acerca de lo que al rubio se le había ocurrido. Cada una de sus palabras eran peligrosas, sobre todo porque Jeongin haría la mayoría del trabajo debido a que él podría estar afuera a comparación de ellos que estando dentro de la casa no podían hacer demasiado.

El miedo aumento en el menor, no se consideraba capaz, tampoco consideraba que tenía la inteligencia requerida ni la fuerza física para afrontar cada uno de los juegos desconocidos que tendrá que elegir cada semana. Todo era por ellos, al menos quería salvarlos, su vida poco le importaba.

Aunque, si generalizamos, el resto también tenía la misma mentalidad.

Su mente parecía un cuadro de pintura donde la mitad blanca y la otra mitad era negra; aquella blanca mostraba la claridad de sus recuerdos, esos recuerdos que tienen desde el momento en que pisaron esa casa, donde solo tienen esas imágenes en las que se ven juntos, los ocho, sin nadie más. Contrario al negro. Un manto oscuro ceñido en sus pasados que les eran imposibles de atraer nuevamente impidiéndoles conocerse a sí mismos y saber la verdad sobre sus vidas antes de pisar esa casa.

¿Qué hicieron? Es decir, ¿qué hicieron para merecer esto? ¿Es igual en todos los demás lugares? ¿Existe un mundo fuera de aquellas murallas de vibranio que solo se abren cuando los habitantes salvados son liberados? Pero la pregunta que no les deja conciliar el sueño es ¿realmente afuera hay quienes los esperan con vida? Desearían conocer la respuesta. Nunca han sentido ese amor paternal por alguien. Tampoco saben quiénes son las personas que se presentan en sus sueños con el rostro borroso, si es algún familiar o conocido.

Estaban conscientes de un único objetivo: sobrevivir, pero no en partes, todos juntos.

― ¿Cuándo iniciara todo? ―pregunto I.N sentado en un sillón reclinable desgastado, tenía ambas manos juntas y sus piernas moviéndose de arriba abajo demostrando sus nervios.

―La pantalla te va a decir, solo no trates de pensar en eso. ―pidió Changbin al menor, pero en la situación en la que se encontraban era imposible tratar de pensar en otra cosa que no sea lo que se les avecina.

Permanecieron en silencio cinco tortuosos minutos. La pantalla frente a ellos se encendió provocando un sustito en los que estaban cerca, Felix llamo a Jeongin, éste se acercó al televisor para ver lo que tenían dicho para él. Admitiría que prefería hacerlo rápido, aunque seguía sin confiar en sí mismo.

O mejor no. Sus pensamientos variaban demasiado, más porque no sabía qué tipo de juegos tendría a selección, pero tampoco quería escucharlos.

"El jugador se someterá a los juegos cada lunes a las 21:00 hrs., serán ocho semanas intensas donde deberá elegir cada semana un juego y un habitante diferente el cual deberá salvar por medio de la actividad elegida. Sabe la regla de oro: si gana, la vida elegida también, pero si pierde, la vida elegida morirá frente a sus ojos. Conforme las semanas avancen, la dificultad de los juegos aumentara, la inteligencia y astucia son requeridas para enfrentarse a los retos, un solo paso en falso lo llevara a arrastrar la vida del habitante que espera ser salvado. Buena suerte I.N".

―Me quiero morir. ―dijo el menor cuando la televisión se apagó―. ¿Por qué yo? ¿Qué hice? ¿Por qué?

Sus piernas temblaban y sus manos jugaban nerviosas entre sí, Lee Know se acercó para abrazar al menor, lo atrajo para consigo tratando de calmarlo mientras le decía palabras las cuales solo Jeongin se inmuto a crear su propio mundo para escucharlas. Todos tenían miedo, pero él lo demostraba al triple, sobre todo porque las vidas de sus amigos estaban en sus manos; de esos chicos que son su única familia y que no se permitirá perder a ninguno.

―Innie, ¿te ha quedado claro lo que harás? ―pregunto Hyunjin desviando la atención del menor hacia él.

―Sí, ya entendí lo que haré mientras este afuera.

―Trata de poner atención en movimientos sospechosos, de mirar cautelosamente todos los alrededores por si notas algo extraño. No podemos dejar pasar nada, sí o sí saldremos juntos de aquí y vamos a descubrir quién es el culpable de esto. ―Chan se acercó para limpiar las lágrimas que escurrían por las mejillas del pelinegro―. Podrás hacerlo.

―Será arriesgado que haga dos trabajos al mismo tiempo. ―comento Seungmin demostrando la preocupación que sentía de exponer a Jeongin de esa manera.

―Lo sé, no creas que no pensé en eso, ―dijo Hyunjin―, pero es el único que estará afuera mientras nosotros estamos aquí.

―Somos ciegos a comparación de los que salen a jugar, él tiene más posibilidades de ver más allá de lo que nosotros vemos. ―añadió Changbin.

Después de unos minutos discutiendo de manera pacífica aquel punto de la conversación, miraron al menor cuando hablo pidiéndoles que guardaran silencio y que no eligieran por él porque ya tenía su respuesta y, una vez más, frente a todos, les reafirmo que se enfrentaría a los juegos sumando el hecho de que será los ojos de los chicos afuera.

No quería una pelea, solo quería tratar de pensar en el futuro que no está tardío en llegar.

Ellos habían puesto la primera carta y el desconocido también, veamos quien logra vencer a quien.

ᴍᴀɴɪᴀᴄ | ꜱᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora