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Gulf estaba arrinconado contra una pared mohosa en un callejón abandonado, tratando por todos los medios de ocultarse de aquellos que lo buscaban y que gritaban su nombre a los cuatro vientos mientras pasaban corriendo muy cerca de él.

«¿Por qué me buscan?», pensó. Si al escaparse le estaba haciendo un enorme favor a Mew para que pudiera regresar con Build.

¿O es que acaso no había sido suficiente y lo estaban buscando para restregarle en la cara que Mew se iría con su ex?

Aquel pensamiento rompió violentamente el corazón de Gulf, y sin darse cuenta ya se encontraba llorando a lágrima suelta, mientras pensaba en mil y un millón de posibilidades para salir de ése callejón sin ser visto por quienes lo buscaban.

Mew, por su parte, estaba desesperado, corriendo de un lado a otro buscando al gran amor de su vida con la esperanza de una respuesta a su abandono. Con la esperanza de que todo se tratara de un malentendido y la boda se terminara llevando a cabo.

Había mucha esperanza en él, pero una parte muy grande de su corazón se encontraba rota, adolorida y desesperada, como si esa parte de su corazón ya hubiera perdido la fe de encontrar a Gulf y solucionar las cosas. Y eso, estaba torturando mentalmente al moreno.

Tenía mucho miedo, no lo iba a negar. Y su miedo radicaba en no ver su vida sin Gulf a su lado, como una pieza importante y fundamental de su ser.

Y ése pensamiento lo hizo llorar. Le hizo agarrarse de los pelos y llorar acongojado por la situación en la que se encontraba. Porque aquel día que prometía ser el mejor día de su vida se había convertido en una pesadilla y no sabía como hacer para despertar de ella.

No sabía hacía donde ir o qué hacer para encontrar a su amor.

El teléfono de Gulf había sido apagado. Sus redes sociales habían sido cerradas, dejando a Mew imposibilitado para comunicarse con él. Solo quedaba la opción de buscarlo hasta abajo de las piedras, pero la nebulosa en su cabeza le impedía si quiera pensar con claridad hacía donde ir.

Estaba perdiendo la batalla contra reloj, moviéndose de un lado a otro sin un orden en especifico, preguntándole a cualquiera si había visto a un hermoso chico vestido de novio. Buscándolo hasta los más mínimos detalles de la ciudad.

Gulf no estaba por ningún lado y Mew no estaba seguro de si su corazón iba a soportar su desaparición.

Tomó asiento contra la pared de una vieja tienda de ropa y allí clavó su rostro entre sus piernas mientras lloraba desconsoladamente la ausencia de Gulf.

Estuvo en ése lugar tanto tiempo que ya había perdido la noción de las horas. Levantó su rostro al fin y sus ojos hinchados se enfocaron en la calle frente a él, donde los carros pasaban, algunos yendo y otros viniendo. Donde la gente no se detenía y seguían su camino hacia su destino. Donde en el callejón se escondía un hermoso hombre vestido de novio.. Dónde...

«¡Mierda!» musitó Mew dándose cuenta en ese instante de quién se trataba, y sin pensarlo dos veces salió corriendo y cruzó la calle sin importarle el flujo de tráfico que había a esa hora.

Honestamente no le importaba nada, y menos cuando llegó al callejón de esa calle y se encontró con Gulf dormido entre las bolsas negras llenas de desperdicios de los locales aledaños.

Gulf estaba allí y cómo si de cemento se tratara, Mew sintió que de su cuerpo se levantaba un fuerte peso, dejándole al fin respirar con un poco de tranquilidad.

«¡Lo encontré!», se dijo, lleno de genuina felicidad. Y cómo siempre, todo a su alrededor dejó de existir y Gulf se volvió de nuevo el centro de su universo.

Atrapen al novio ➻ Mewgulf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora