El... ¿monstruo?

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Después de la trágica perdida de Patrick y su teléfono, los chicos caminaban por los pasillos, el pájaro solo trataba de superar su pérdida no con mucho éxito, mientras que Gastón solo lo acompañaba ya que no se sentía cómodo caminando solo entre los pasillos llenos de muñecas y dinos que solo querían verlos fracasar.

–amigo, la vida es injusta– dijo Patrick con un tono melancólico lo cual molestaba a Gastón. –estás exagerando– le contesto molesto de solo escuchar los lamentos de su amigo.

– ¡es que tu no entiendes! era mi celular! !mis juegos, mis fotos, mis chats, mi información, ¡mi todo! – Decía Patrick enumerando todo lo que perdió en tan solo un instante, por otro lado, Gastón solo trataba de ignorar a su amigo, no fue hasta que unos gritos de regaño llamaron su atención, por lo que apresuró sus pasos dejando a su amigo a tras mientras trataba de averiguar el porqué de esos regaños, al llegar a una esquina de los pasillos, asomo su cabeza tratando de no llamar la atención, pudo mirar como Cédric gritaba a un par de sus dinos los cuales trataban de tranquilizar y explicar algo a su jefe, Gastón trataba de poner más atención a las palabras de Cédric , pero los llantos de Patrick no eran de mucha ayuda.

–¡Patrick, callate!– Le habló a su amigo en voz baja, el cual no le hizo tanto caso y continuó con su martirio, Gastón al tratar de volver a poner atención a las palabras del albino, solo logró toparse que el regaño había terminado y no en buenos términos, ya que los dinos solo estaban firmes con las miradas bajas mientras temblaban de miedo, mientras Cédric solo llevaba para atrás su cabellera que parecía un poco desalineada, Gastón no pudo evitar ver a los dinos con lástima por los malos tratos de su jefe, aunque por una parte sentía que se lo merecían, al momento de alzar la mirada se aterrorizó al toparse con la mirada seria de Cédric que lo miraba fijamente, lo habían descubierto, trataba de guardar la calma, pero al ver como Cédric daba un paso hacia el, este solo retrocedía con pasos torpes por el miedo, sentía como el aire se escapaba de sus pulmones, le costaba respirar, no sabía qué hacer.

–señor Cedric– habló una pequeña muñeca que aparece detrás de Cedric, la cual llamó la atención de este. –la señorita Cachirula y la señorita Estrella lo esperan para la comida, hoy servimos ensalada César – dijo la muñeca de una forma tranquila y respetuosa, Cédric solo volvió a ver a donde se encontraba Gastón el cual aun seguía ahí, inmovil, sudando en frio, esperando que no le pasara nada, Cédric solo acomodo su cabellera, ajusto un poco su corbata, dio media vuelta y se fue, dejando a Gastón con preocupación y pensamientos rondando por su cabeza, no dejaba de pensar en los posibles escenarios que le podrían pasar, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la mano preocupada de su amigo que se colocaba en su hombro. –viejo, ¿estas bien? – preguntó Patrick preocupado por el estado actual de su amigo el cual no se encontraba muy bien.

– ustedes dos – habló detrás de los chicos una pequeña muñeca que los había tomado de sorpresa a ambos chicos los cuales voltearon a mirarla con miedo. –la señora Cachirula ordena que vayan a cocina a limpiar los trastes sucios– dijo la muñeca con un tono tranquilo, los chicos solo se quedaron quietos, sin decir ni una pala, se miraron entre ellos un poco confundidos para luego volver a ver a la muñeca, la cual se puso seria por lo lento que reaccionan aquellos jóvenes. –cocina, ahora– ordenó la muñeca con un tono más serio.

–¡sí señora!– dijeron ambos chicos algo temerosos para dirigirse a la cocina.

Ya en la cocina, ambos chicos solo lavaban platos y cubiertos mientras cada minuto las muñecas venían con nuevos platos para lavar lo cual comenzaba a cansar a los muchachos, parecía que no podrían tener ni un minuto de descanso, mientras en el comedor solo se encontraban los dos hermanos comiendo, ignorando la existencia del otro, el albino mientras comía su ensalada leía un libro mientras que en un cuaderno hacía anotaciones de lo que leía o llamaba su atención.

DISTORSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora