Parte 3

45 5 0
                                    

El director ejecutivo de G&B toma su café mientras hojea el periódico de ese día. Se encuentra solo en la estancia y el único ruido que se escucha es el canto de los pájaros al otro lado de la vidriera. De presto, la paz es interrumpida por Duane Moreau, el asistente personal de Greum Dubois.


-Buenos días señor. Aquí le traigo el informe que solicitó de la señorita Winter.


El hombre deja el periódico a un lado y se cruza de brazos para escuchar detenidamente lo que Moreau está diciendo:


-Dulce Winter, joven de 24 años. Hija única de Dana Winter, se desconoce el nombre del padre. Se ha mudado hace poco a la ciudad y trabaja en el Museo Metropolitano. Su madre falleció hace una semana, ella había alquilado una cabaña en las montañas para poder esparcir sus cenizas en ese lugar.

-¿Qué relación tiene esa mujer con el "Clan de las Sombras"?

-Ninguna señor.

-¿Estás seguro?

-Podría ser casualidad que ella se encontrase en ese lugar, justo donde éstos aparecieron. Tal parece que ellos quisieron llevársela por la fuerza, pero la señorita se negó, y en su intento de huida fue que usted se encontró con ella.

-Juummm


Medita el hombre... hay algo que lo tiene intranquilo y no sabe decir con exactitud qué es. Conoce que hay ciertas reglas que son ley sin importar si eres leal o traidor. Que el "Clan de las Sombras" se esté acercando a la ciudad, que aceche a un mortal no augura nada bueno. ¿Será que él se interpuso simplemente entre un depredador y su presa? O ¿Realmente tienen otro interés oculto en la joven? Y él todavía desconoce la razón.

Seguía en sus cavilaciones cuando un criado se acerca a Moreau y le entrega un papel, Greum los observa, no hace falta que gesticule palabra alguna, Duane puede escuchar perfectamente como si estuviese diciendo "¿En dónde se encuentra esa mujer ahora?"


-Señor, la señorita Winter vive en un barrio de segunda. "El Clan de las Sombras" ha intentado acercarse nuevamente, pero los hemos repelido.

-Manda a unos hombres que la vigilen y no permitan que ninguno de esos infelices le ponga una mano encima, hasta que no averigüemos qué es lo que quieren con ella en realidad.

-Señor, Antoine Brower está con ella.

-¿Cómo dices?

-Así es... él... ella... este...

-¿Antoine le ha revelado su identidad?

-No señor... me temo que la señorita desconoce la naturaleza de Antoine...

-¡Maldita sea! Dile que tenga más cuidado, sino le daré una paliza para que aprenda a no cometer estupideces como ésta.

-Sí señor.

-Esta bien por ahora... dile al chofer que salimos en diez minutos.

-Como usted diga


Y sin más, Moreau hace una reverencia y deja la estancia. Pocas veces había visto a su jefe de tan mal humor, y cuando lo había visto así, siempre era culpa del "Clan de las Sombras". Hacía muchos años que ellos había mostrado su verdadero rostro e intenciones, y aunque Dickhard, el padre de Greum Dubois les hizo frente, en la última batalla terminó herido y ello lo arrastró a la muerte. Obligando de esa manera a su hijo a tomar las riendas como jefe y crear nuevo pactos de lealtad.

No todos querían pertenecer, ni dejarse dominar por el "Clan de las Sombras" pero para Greum, su confianza y lealtad no podía entregarla tan fácilmente, más después de haber visto cómo Sébastien Sauvageot el segundo al mando le daba un golpe por la espalda a su padre orquestado un motín, que derramó mucha sangre.


_____________________________________________________________________


Cuando finalmente Dulce regresa a casa, trae varias copias del cartel que había hecho en su rato libre para pegar por el barrio y en alguna que otra calle por la ciudad, quería ayudar a que "Musone" regresara con su familia pronto. Pero al abrir la puerta se encuentra una gran sorpresa. El animal había salido del cuarto de baño y estaba tan pancho acostado en el sofá después de haber casi destartalado toda la casa. Habían cosas tiradas por todos lados, más parecía como si alguien hubiese entrado a robar.


-Pero ¿Qué significa todo ésto "Musone"? ¿Cómo...? ¡Madre mía, te voy a matar!


Espeta furiosa, el animal a duras penas mueve su cabeza para verla, tal parece que la ignora completamente. Cuando siente la presencia de ella a su lado, abre levemente su ojo y se da cuenta que lo observa fijamente, tiene sus manos en su caderas y con su pie repiquetea en el suelo, quizás piensa cómo debe regañarlo; el can no teme por castigo alguno, por lo que vuelve a cerrar el ojo y se acomoda en su lugar para seguir durmiendo.


-Animal... ¡Sal del sofá! ¡No te puedes quedar ahí!


El can ni se inmuta, por lo que la joven decide claramente tirar de la manta que está bajo él para obligarlo a levantarse, pero sólo logra que la bestia gire sobre sí mismo como croqueta, éste se sacude todo el cuerpo soltando pelaje para después terminar dando un enorme bostezo. Dulce no puede más y le ordena molesta:


-"Musone", baja del sofá ¡Ya!


La bestia lo observa unos segundo, como si estuviese decidiendo obedecer o no, pero de presto, es como si la joven desprendiese un aire siniestro y le vuelve a decir:


-¡Que te bajes ya, te estoy diciendo!

-Oouu... oouuu...


Gime lastimeramente y se baja del sofá con el rabo entre las piernas. "Musone" no puede entender muy bien qué es lo que le pasa; a él no cualquiera logra intimidarlo, y la única persona capaz de hacerlo, estaba a varios kilómetros de distancia.

Dulce con un humor de los mil demonios empieza a recoger las cosas, acomodar los retratos, cerrar cajones, sacudir el sofá, tirar papeles y revistas. Hasta que finalmente todo vuelve a estar en orden. Cuando ha terminado se dirige al cuarto de baño donde sabe está "Musone" y lleva consigo los utensilios necesarios para curarlo, es entonces que lo encuentra tan pancho recostado sobre la manta lamiendo su pata vendada.


-"Musone" has sido un perro malo...

-Grrr... grrr...

-No me gruñas... yo debería ser quien te gruña. Vengo cansada del trabajo y cuando llego me encuentro la casa patas arriba por tu culpa. Así que no te quejes. Ahora deja que te voy a curar.


A regañadientes la bestia dejó que ella le quitara las vendas. A decir verdad, le hacía hasta estorbo, daño, en fin no las necesitaba. Cuando Dulce quitó las telas se sorprendió en gran manera, el animal se había curado "Milagrosamente"


-Pe... pero ¿Cómo es posible? Si ayer estabas mal herido... vamos, un poco más y te cuelga la pata.

-Buuff...

-No rezongues, es verdad. Estaba pensando en llevarte con un veterinario, por temor que no te hubiese curado bien y tu herida se haya infectado.

-Buuff...

-Ya... ya veo que no ha hecho falta, que estás bien... eso quiere decir que puedes acompañarme a buscar a tu dueño.


Le dice a la vez que se pone en pie con la idea muy clara e intenciones fijas. Se dirige pues a la puerta principal y el animal le sigue los pasos encantado con la idea:


-Venga "Musone" vamos a regresarte con tus dueños.

-Buuff...

-¿Te quieres apurar? ¡Muévete "Musone"!


Lo insta a la vez que señala el exterior, pero el animal de presto ha decidido no accede a salir, sino que gruñe y enseña sus dientes.


-¿Qué pasa "Musone"? No me digas que tienes miedo... ¿Crees que nos puede pasar algo malo si salimos a la calle ahora?

-Grrr... grrr...

-¿Será peligroso salir ahora?


La joven observa el exterior por unos instantes, el manto de la oscura noche envuelve todo a su derredor y las luces de las farolas parecen como luciérnagas que luchan infructuosamente queriendo iluminar todo el amplio cielo, inesperadamente su instinto le habla y piensa <<"Casi no conozco el barrio ni a las personas... afuera está muy oscuro. Quizás 'Musone' tenga razón, y su instinto animal le dice que no es bueno salir. Está bien, su dueño puede esperar una noche más...">> por lo que llegado a esa conclusión le dice al animal:


-Muy bien "Musone" tú ganas, nos quedamos en casa ésta vez.


La joven  cierra la puerta sin percatarse de que dos puntos fluorescentes en un rincón parpadean, éste da un par de pasos haca adelante y bufa del disgusto, pues su oportunidad se ha escapado; desde su posición observa el movimiento que hay en la vivienda al ver las sombra de ella moverse de una habitación a otra.

Mientras tanto Dulce toma un tazón con cereales y leche, luego se sienta en el sofá para ver un rato la televisión; sin embargo "Musone" está atento y observa de vez en cuando la entrada principal y la ventana. Finalmente, tras su rutina diaria, la joven se va a la cama a dormir, no se ha percatado que el can sigue alerta. Las horas pasan y por los pasillos se escucha el sonido de las garras del animal chocar contra el parquet desvencijado, se acerca hasta la puerta de la habitación de ella y olfatea por la rendija del piso; bufa fuerte y molesto, pero la joven ni se inmuta, descansa felizmente. Luego el can vuelve al salón y continua en guardia lo que resta de noche.

&quot;LEALTAD, El Secreto de las Sombras.&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora