1. Talismán.

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El sonido de sus pasos solo se amortigua por el golpe de la lluvia.

Fuera la tempestad es torrencial, cae fuerte y con ganas desde hace un buen par de horas, entonces aunque el templo ahora solitario puede ser silencioso (¡cómo para dormir un rato!), el ruido blanco de la lluvia ocupa cada habitación, cada pasillo.

Jay no se considera a sí mismo un fanático de la soledad... ¡mucho menos en un templo acosado casi todo el tiempo por fantasmas! Sinceramente, ¡le ponen los pelos de punta! Aunque no pueden hacerle daño, no con su conocimiento, no con su nivel de entrenamiento... es repulsivo, los lamentos distantes, los pasos rastreros, era como tener una cucaracha a punto de volar a tu cara, ¡desagradable, asqueroso!

Es por eso, con una lámpara en su mano y el corazón en un puño en la otra, que avanzando por el pasillo, tratando de hacer sonido con sus pies en los tablones de madera, se lamenta tanto, tanto, no haber armado bien la barrera del templo...

Al principio no le hace mucho caso, ¡la barrera de talismanes se rehace cada noche! Un desperdicio, si le preguntas, pero, ¿cómo no? ¡qué idiota! ¡claro que el Sensei iba a notarlo! Claro que notaría que no lo había hecho, y estaba tan enojado, que su castigo fue cuidar el templo la noche del equinoccio, mientras todos salían en grupo para practicar exorcismos fuera del pueblo.

Se le escapa un suspiro, le hubiese gustado ir... pero aprende por las malas, esta vez ha armado la barrera al pie de la letra, a los alrededores, y en cada habitación.

¡Oh, al menos le hubiese gustado no estar solo en este momento!

Aunque los espectros o demonios menores no son ningún problema, no son nada nuevo sabiendo lo condensado de energía que siempre está el monasterio, hoy hay alguien más en el templo en este momento...

¡Lo cual no tiene sentido! Entonces... solo era algo lo suficientemente poderoso como para romper la barrera...

Se muerde el labio, inhala el frívolo aire húmedo que se filtra entre la madera y avanza, como puede.

La tablilla tallada es la que lo pone en alerta, aunque está solo es reconfortante tenerla en su mano, brilla y le avisa que hay dos almas aquí, en este momento, pero no le dice si es un humano... y si tiene suficiente energía espiritual como para hacerse notar, o es uno... o es un... demonio... ¡un demonio! ¡un jodido demonio!!

Por todos los dioses, ¡Jay no sabe cual opción es la peor!

Entonces lo nota, el rastro de agua en el piso...

Hay un ruido ahora, que no viene de la lluvia, por el pasillo sus ojos se agudizan, se adaptan a la penumbra y entre las paredes de papel, da con su origen, frunce el ceño y decide junto la lámpara que deja reposando en el suelo, dejar allí mismo su cobardía, ¡él puede con esto! ¡Y luego de contaría al Sensei lo increíble y valeroso que fue al enfrentarse solo a esto!

Ajusta el agarre en la empuñadura de la espada en su cintura, da una última mirada a la tablilla y la suelta, confirma que aún tiene compañía... ¡Y esa compañía estaba en la biblioteca!

No trata de cuestionarse ahora, no es momento para ello, aunque apenas hay luz fuera, puede ver lo suficiente, un relámpago deja claro el camino, el rugido de un trueno lo arma de valor y corre hasta la puerta.

Al borde a la puerta la desliza de un tirón, la toma con fuerza y con su otra mano señala, condena, con su espada.

—¡Ni se te ocurra moverte de donde estás en este momento!

La adrenalina fluye por sus venas, ya no se siente más el manojo nervioso y tembloroso que a paso lamentable recorre el pasillo, un calor electrizante disipa toda duda y cuando aclara la vista, una silueta completamente negra, paralizada le devuelve una mirada, y... ¡decide no hacer caso a nada de lo que había dicho!

Un Fantasma Vino a Verme. [Bruise/Jole] Ninjago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora