Shuumatsu no terror

La cuarta ronda

Gillman siguió ahí de pie en medio de la plataforma de pelea, escuchó un fuerte estruendo detrás de él, se dio la vuelta y entonces vio como un puente energía del agua y el cura, conectaba la plataforma con la entrada del lado de los humanos, el hombre lagarto no necesitaba pensar más antes de empezar a caminar por ese puente, los grandes y fuertes gritos de emoción de parte de los espectadores de la humanidad aún escuchándose detrás de él, aunque lo cierto es que Justo ahora no le estaba prestando atención a nada de eso.

Gillman salió de la vista de todos, y una vez que por fin logró desaparecer de las miradas de todos los espectadores fue cuando se detuvo en seco, la sangre comenzó a gotear de sus heridas una vez más y manchando el suelo de color carmesí, el hombre lagarto gruñó con dolor y pesadez, no lo quería aparentar hasta ahora pero es que lo cierto fue que la pelea le había costado mucho más de lo que había anticipado, se había esforzado a un nivel que nunca antes se hubiera imaginado que sería capaz de llegar.

Su visión comenzó a volverse borrosa, el cansancio que la batalla le había causado por fin lo ha golpeado, el representante de la humanidad ya no lo soporto más y perdió el equilibrio, cayendo hacia atrás al mismo tiempo en que un brillo verde y uno rojo salían de su cuerpo y tomaban forma Justo a su lado, el brillo verde era la Valquiria Hrist mientras el brillo rojo era el demonio Leviathan, los dos logrando atrapar el cuerpo de a Gillman mucho antes de que cayera al suelo.

"Gillman! Solo resiste un poco más! Te llevaremos a la enfermería!" Hrist exclamó extremadamente preocupada por el bienestar de su compañero.

"Has luchado muy bien, te mereces un descanso." Leviathan dijo con tranquilidad y dándole al hombre lagarto una mirada llena de respeto.

El Gillman solo los miró a los dos por unos segundos más antes de darles a ambos un gruñido bajo que sonó bastante como un agradecimiento, dándole las gracias a ambos por haber estado a su lado todo el tiempo hasta ahora, y con eso último por fin cayó en la inconsciencia, eso ante las miradas atentas de sus compañeros, quienes solo le dirigieron sonrisas tranquilas y comprensivas, dándose cuenta de que su compañero ahora más que nunca necesitaría de un descanso después de una batalla tan dura cómo está.

"Hermana Hrist! Señor Leviathan!" Grito una voz bastante energética mientras se acercaba a toda velocidad, Geir tenía una gran sonrisa mientras que tanto Brunhilde como Lucifer caminaban con tranquilidad Justo detrás de la pequeña, "me alegra ver que los,dos están vivos!" La Valquiria menor grito aún muy extasiada.

"Maldita sea mocosa! ¿Es que acaso tienes que gritar para todo?!" La personalidad iracunda de Hrist entró en acción y le grito con fuerza e ira a su errada menor, haciendo que Geir se detuviera en seco con una mirada de miedo sin querer causar aún más la rabia de parte de su hermana.

"Mi pequeña Valquiria, debes guardar silencio, Gillman se encuentra en un estado muy debilitado y ahora debe descansar." Leviathan le dijo a Geir con serenidad.

Por su parte Hrist solo sonrió con arrogancia y confianza mientras ayudaba a Gillman a ponerse de pie junto con Leviathan, "lo había dicho, ¿no es así?, dije que esos dioses iban a pagar por lo que habían hecho." La Valquiria mayor dijo con mucha seguridad y luciendo victoriosa con su pulgar arriba.

Geir solo dejó el miedo de lado y ahora una vez más tenía una sonrisa de confianza al saber que su emana gañía cumplido con esa promesa, golpeó a los dioses en donde más les duele y también le dio a la humanidad su primera victoria, Brunhilde y Lucifer por fin llegaron y los dos viéndose aún muy complacidos por la victoria de la humanidad, "lo han hecho bastante bien por esta vez, ahora vayan directo a la enfermería y recupérense de sus heridas, se lo han ganado." Lucifer les dijo con una sonéis tranquila, a lo cual tanto la Valquiria como el demonio solo asintieron y se dirigieron a la enfermería de la humanidad con Gillman a cuestas, siento el único de los tres que necesitaba ser tratado lo más rápido que se pudiera.