🥀 Capitulo 31.

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Mile apretaba los dientes, su lobo gruñia. Podía escucharlo todo, y las ganas de estampar su puño en el rostro del alfa no le faltaban. Naphat le sostuvo la mano, suplicando con la mirada que mantuviera la calma.

-¿Porqué Tong? ¿Porqué me estás haciendo pagar en tu lugar? -Habló Apo, muy confundido con la situación.

-No lo veas así, solo te estoy pidiendo tiempo para dejarme procesar lo del divorcio. ¿Sabes? Es difícil dejar a la persona que amas. -suspiró y colocó su mano sobre la ajena.

-¿Amar? Creó que en algún momento dejamos de amarnos, tal vez después de los primeros cuernos, o después de que me atacaste, solo nos acostumbramos el uno al otro.

En este momento algo en él le decía que era cierto, al menos en su caso comprendía que solo estaba resignado a vivir de esa manera.

-¿Eso piensas?, Se que haberte engañado no fue muy noble de mi parte, pero en mi defensa intenté hacer algo por ti y se salió de mi control.

De nuevo las excusas llegaban, la diferencia es que Apo ya no quería volver a creer.

-Si ajá, cuéntame ¿Con quién me engañaste? -dado que los planes resultaron diferentes a lo pensado, no estaba mal preguntar.

-No la recuerdo, creo que en su gafete decía Hana, ella era enfermera en el hospital donde te llevé cuando te intoxicaste. -escarbo en su mente, dándole los pocos datos que pudo recuperar.

-Lástima que no recuerdes su rango, ya que rompiste nuestro lazo al menos deberías saberlo. -respiro hondo, deseando no ir a perder la paciencia.

-Eso es lo único que puedo decirte de ella, -Tong guardó silencio, examinando cuidadosamente la marca en el cuello de Wattanagitiphat

Su lobo gruño, desesperado. De una forma u otra su marca perdía fortaleza en el cuerpo del omega. La misma se veía más rosácea, de modo que comenzaba a cicatrizar.

-¿Porqué tienes esa marca?

Interrogó respirando con la esperanza de no perder los estribos.

-Mile me la hizo, no necesito decirte en que circunstancias ¿O si? Pronto será una marca oficial. -habló apartando su mano del agarre en que Tong lo tenía atrapado.

-¿Qué hago? ¿Te felicitó por llenarte el cuello de basura? -escupió sin pensarlo.

-Solo terminemos con esta tonta guerra de una vez. -cruzó los brazos sobre el pecho.

-Muy bien, entonces vamos a casa, podrás llevarte lo que necesites para tramitar la internación, iré a firmar cuando sea el momento de entrar. -se levantó de la silla, de pie junto a la mesa observo a Apo, como esperando que decidiera.

Por dentro tembló de miedo y dudas, al parecer Tong solo quería hacerlo sentir mal, con lo cual creía que ser humillado por el alfa como lo estaba siendo era más que suficiente, ¿Qué otro daño podría causarle?.

-Esta bien, iré al baño, espérame en el auto -pidió, ya tenía una idea en mente, suponía que no podía irse sin haber hablado tan solo unos segundos con Mile.

-Bien, te espero. -le dio la espalda y se adelantó que salir del bar.

Apo toco con disimulo el hombro del alfa sentado, giro sobre sus talones y camino al baño, entrando en el segundo cubículo, unos segundos después escucho la puerta y su cubículo fue abierto. Mile ingreso después de él.

-No vayas, ya es demasiado, los chicos y yo podemos seguirte en los autos, pero ¿Como haremos para saber si estas bien ahí dentro? -habló preocupado.

-Hagamos esto, acaricio su mejilla, -cuenta hasta diez, si no salgo de esa casa en diez minutos entra y sacame.

Mile asintió, inseguro de ese plan, pero no podía fallar, tendría que soportar diez minutos con el corazón latiendo a mil y los ojos puestos en la puerta de la casa.

Una vez que culmino la conversación Apo salio primero, rumbo a la puerta del bar, Mile salió después, les hizo una seña a sus amigos y cada quien tomó el vehículo que le correspondía, siguiendo el auto de Tong

Minutos más tarde se situaron cerca de la casa, expectantes a cualquier cosa que pase. Diez minutos corrieron apartir de que Apo entrara en la casa.

-¿Qué papeles necesitas? -pregunto el alfa.

Apo le especificó algunas cosas como partida de nacimiento y certificado médico de psiquiatría. Tong asintió, fue a la habitación y trajo todo lo que se le había pedido.

-Ya está, deje todo lo que necesitas. Ahora por favor muestrame el cuello. -La voz de mando ataco de repente.

-¿Q-Que? -el moreno odio a su lobo por rendirse en sumisión al pedido. No disfrutaba eso en absoluto, detestaba que los omegas fueran así.

-Buen chico, quieto. -volvió a pedir.

Se acercó a Apo despacio, recostando su cuerpo en el sillón, con la lengua delineaba el cuello, con la mano pellizcaba el pezon debajo de la camiseta. El omega intentaba usar las manos para alejarlo, sentía placer si, pero ese era el único sentimiento que podía llegar a tener. Solo un acto reflejo de su cuerpo. El aroma en el ambiente se hizo más fuerte, maldición, — pensó, Tong entro en celo frente a él.

Apo solo podía pensar en llamar a su alfa, mientras le daba algunos empujones al hombre sobre si, en vano, sin lograr gran cosa.

Afuera, Mile contaba los minutos con ansiedad, uno tras otro. Golpeando los dedos sobre el volante. Nueve minutos, diez minutos, nada, Apo no salía de ahí. La voz desesperada del omega estalló en sus oídos, el alfa desprendió su cinturón de seguridad con torpeza, corriendo a su ayuda.














Ayyyyy...
Detesto a Tong  ): Es casi tan desagradable que Tawan.

Ya nos faltan pocos capítulos para el final de está bonita historia.✨🖤



Infidelidad🥀MileApoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora