Tras descubrir que su amado esposo le era infiel con un omega llamado Naphat, Apo decidió enfrentar al amante en su hogar, sin imaginar que terminaría en la cama con Mile, el sexy esposo de Naphat.
"Bendito sea el día que viniste a mi puerta para de...
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El nudo se desinflamo al cabo de un buen rato, Mile y Apo permanecieron juntos, sonriendo y soñando despiertos, fantaseando con los cachorros que podrían venir, construyendo un mundo que nadie podría derribar.
-Imagina un niño con tus lindos ojos, con su piel canela y su carita redonda, seria nuestra bolita de amor. -sonrió de solo pensarlo.
-Que sea adorable como tú, con tu cara pequeña y tus labios abultados. -apretó los labios de Mile con su dedo índice y pulgar, besando estos. -¿Como le llamaremos?
-Byeol, significa estrella, él o ella sera nuestra estrellita, Byeol Phakphum. -sonrió satisfecho.
-Suena bien, me agrada. -Apo hizo silencio escuchando a su estómago rugir, -Alfa tengo hambre. -dijo en un tierno mohín
-Vamos a ver que podemos hacer bebé.– Se levantó de la cama.
Apo le siguió, pero se detuvo al ver que Mile se agachó de espaldas a él.
-Súbete bonito. -señaló a su espalda.
El omega subió con cuidado y fue levantado por el alfa, quien tambaleó pero se incorporó rápido. Camino a las escaleras sosteniendo las piernas de Apo con firmeza. El mencionado estiró uno de sus brazos con el puño cerrado como si fuera un superhéroe.
-Eres como un niño pequeño, -lo miro de reojo, enternecido. Apo hizo algunos bonitos sonidos que le derritieron aún más el corazón. -Ya es un hecho, estás chiquito.
Bajaron entre risas, el ambiente era muy animado. Mile dejó al omega sentado en la mesada de la cocina.
-¿Qué te gustaría comer?-pregunto parado frente a él, con las manos apoyadas sobre la mesada a cada lado del menudo cuerpo.
-Un sándwich y una mandarina. —sonrió.
-Bien pero calma, primero cenas y luego el postre, frotó con suavidad su nariz en la de Apo, en un pequeño beso esquimal.
[...]
En otra parte de la ciudad el clima no era tan cariñoso, las tensiones dominaban el ambiente. Tong le marcó el teléfono a Naphat para reunirse, aún tenían mucho que aclararse.
-¿¡Porque tuviste que ir y decirle todo!? -gritó el alfa.
-Yo si tengo consciencia, ni siquiera lo conocía, ¿Entiendes eso? Le hice mierda la vida a alguien que nunca me hizo nada. -habló entre dientes, mascullando la culpa.
-Al contrario Naphat, le hiciste un favor, gracias a ti ahora tiene un alfa nuevo. Ojalá mi hermana nunca nos hubiera metido en esto. -bufó golpeando su mano cerrada contra la mesa.
-Es mi culpa, debí entender que Perth era un imbecil. -el omega seguía culpandose. Suspiro y miro al más alto. -Dime ya, ¿Quién es esa mujer? A caso no recuerdas algo?
