Nos separamos y no fue para nada incómodo, no necesitabamos palabras. Me temo que acavaba de infringir una de las mayores leyes adolescentes, nunca te enamores de tu mejor amiga, pero tenia la sensacion de que aquello no era un error.
Kayla era ese tipo de personas que veías de lejos que te iba a desordenar la vida, y lo sabia, pero tampoco me importaba. Al fin y al cabo a veces necesitamos un poco de desorden en nuestras vidas.
Volvi a besarla y vimos como el sol emezaba a salir detras de los edificios de la ciudad.