No conseguí recordar en detalle todo lo que hicimos al día siguiente, pero estoy seguro que fueron demasiadas cosas, demasiada charla, demasiados juegos, demasiada comida y caricias. Pero sí recuerdo perfectamente cómo comencé a ponerme nervioso al anochecer, la ansiedad se apoderó de gran parte de mi estómago y subió directamente a mi garganta, que se sentía estrecha y a punto de ahogarse con una sola gota de saliva. Estaba tan ansioso, tan desesperadamente emocionado, cada pequeña parte de mi corazón palpitaba y mi respiración se filtraba dolorosamente de mi pecho, pero no me importaba nada, solo quería fantasear con el momento perfecto y sentirme especial, deseado.
Le pregunté a Jungkook cómo debería ir vestido, ya que él quería sorprenderme y yo no quería terminar eligiendo un atuendo feo para un lugar elegante, pero Jungkook dijo que quería verme usando cualquier cosa que me gustara porque verme cómodo era lo único que importaba. Lo recuerdo maldiciendo ya que una vez más estaba irritado por la sociedad, y lo admiraba aún más, bajando sus pantalones de vestir negros por sus piernas, mirándolo murmurar en el pasillo, su cabello negro perfectamente peinado con una especie de gel brillante, ojos con sombra negra apenas perceptible y la camisa abotonada todavía abierta en el pecho, la corbata negra desatada y los pantalones descansando en algún lugar de la cama.
Elegí una camisa blanca lisa de manga larga y un suéter mostaza encima. En mi cabeza, pensé que me vería bien si usara una boina marrón y en mis pies solo mocasines negros.
Cuando me miré en el espejo, ya perfumado y debidamente ambientado por el aire helado de la ciudad, sonreí porque pensé que era lindo.
Jungkook terminó de prepararse, me preguntó cómo estaba, pero él ya sabía qué respondería. Jungkook era confiado y encantador, sabía muy bien cómo burlarse de mí, cómo hacerme quedar completamente fascinado e inerte; sin palabras.
Arqueó las cejas y me tiró suavemente alrededor de la cintura, pasando su nariz por mi cuello, sus suaves manos recorrieron suavemente mi columna, sus dedos helados acariciando cada pequeño hueso, descendiendo astutamente hasta mi coxis y lentamente subiendo por la parte posterior de mi cuello. La caricia me hizo cerrar los ojos y derretirme en su hombro, mi respiración estaba irregular y mi corazón acelerado.
—Tu est joli —me susurró, llamándome lindo. Sonreí, frotando mi rostro contra su atuendo como un gato, mis mejillas calientes tratando de esconderse. —Tan hermoso, tan hermoso. Quiero mirarte fijamente hasta que el aire desaparezca de mis pulmones.
Luego besé su boca, solo un beso fuerte y persistente, sin avanzar hacia nada más atrevido. Solo quería sentirlo cerca de mí, su aliento contra el mío y su deseo chocando contra el mío, filtrándose a través de nuestros poros como el mejor de los aromas.
Jungkook llamó a un conductor privado para nosotros, un elegante auto negro de primera categoría, y condujo todo el camino con mi cabeza en su pecho, sintiendo su corazón pacífico contra mis oídos, sus delicadas manos acariciando mi cabello, su melodiosa voz presentándome algunos lugares de interés, datos interesantes sobre la ciudad. De hecho, eran interesantes, pero no me importaban nada, solo quería disfrutar de lo que me causaba estar cerca de él, sentir líquido en lugar de sangre, cada vena dejando florecer las ramas de la pasión.
Jungkook me cubrió los ojos cuando casi estábamos allí y salir del auto fue difícil, pero su cuerpo fuerte detrás del mío me sostuvo, su brazo firme apretando mi cintura y evitando que tropezara. Se rió entre dientes contra mi cuello, depositando pequeños besos en el mientras me guiaba lentamente hacia algún lugar, el sonido de la música ambiental llenando mis oídos.
—Te va a encantar la vista.
Dijo antes de quitar su mano de mi rostro y abrí una gran sonrisa, sintiendo ganas de llorar.
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la vie en blues, taekook
Short Storykim taehyung era un saxofonista perdido y cansado que vivía en la vieja nueva orleans. después de diez años de intentar seguir el camino del éxito en los blues, decidió que era hora de dejar de perseguir un sueño que nunca se haría realidad. en una...