Jóvenes ShadowHunters | Historia Corta

Magnus Bane

Era una noche fría en Jump City, la luna llena se alzaba en el cielo y el crimen había tomado un descanso, sin embargo, a pesar de la inactividad criminal, los héroes de la ciudad no podían descansar debido a la gran pérdida que acababan de sufrir y a lo fragmentado que se sentía el equipo de jóvenes héroes.

Tras lo sucedido con Terra, la hechicera se encontraba sumamente débil, nadie lo mencionaba para no lastimar sus sentimientos, pero el daño que aquella máquina de extracción le había provocado tardaría meses en curarse, la hechicera había usado toda la magia que le quedaba para ayudar a derrotar al hermano sangre, sin embargo, en consecuencia, su magia había sido gravemente afectada, no tenía acceso a sus habilidades demoníacas y si bien representaba un alivio no tener la voz de su padre amedrentándola, la hacía vulnerable a otros males porque después de todo, seguía siendo una bruja.

El equipo se culpaba en partes iguales por la vulnerabilidad de la hechicera y aunque Garfield estaba superando poco a poco la culpa por todo lo ocurrido, los líderes del equipo se atormentaban con el pensamiento de no poder prevenir aquello. Dick había vivido un infierno pensando en el daño que pudieron haberle causado a Kori, la mujer que amaba y a Raven quien era como su hermana pequeña. Kori no soportaba la idea de que bajo su liderazgo, su equipo hubiera sido derrotado tan fácilmente, en particular estaba preocupada por Jaime pues sabía que su vida estaba yendo en una dirección que el no controlaba y era imposible para la tamaraniana acercarse al chico. Jaime se culpaba cada vez que veía a Raven debilitarse o a Garfield aislarse, pensaba que si no hubiese sido egoísta por querer tener una vida humana habría notado algo en Terra y pudo haber prevenido muchas cosas y aunque la adición de Donna Troy al equipo ayudaba al chico a superar ese remordimiento a menudo sentía que no hacia lo suficiente por su familia.

Por otro lado Garfield sufría el mismo remordimiento que Jaime pero a él se le sumaban sentimientos contrariados por su amor a la difunta rubia. Mientras tanto, las aves no cruzaban palabra, Raven había tenido pesadillas durante toda la tortura de Damián y se sentía culpable por no haber usado su conexión para salvarlo, mientras que el chico maravilla manifestaba sentimientos contradictorios debido a las emociones de la hechicera, con el paso de las semanas estaba sintiendo empatía por ella, por su frustración, sus miedos, su culpa y había intentado acercarse, pero simplemente no sabía como. Temía incomodarla de alguna manera, después de lo de su padre se habían acercado pero con sus sospechas sobre Terra se habían distanciado, incluso, desde su reclusión el había vivido a través de su conexión la pelea con Terra en la que fue masacrada, por lo que con tantos pensamientos reprimidos y sentimientos encontrados no era fácil para el murciélago elegir las palabras correctas para hablar con la hechicera, al menos hasta que una noche, en medio de una de las meditaciones que la hechicera hacía en la playa de la isla, el petirrojo vio su oportunidad.

Se acercó a la chica buscando las palabras adecuadas para iniciar una conversación amigable, pero justo en ese momento un hombre apareció delante de ellos, era un brujo poderoso, su presencia mágica aventó a Raven contra un árbol cercano y sin esperar una advertencia el hijo de Batman empuñó su espada para defender a su compañera. El hombre subió las manos en un gesto de rendición.

- Fue un accidente - Se excuso - Mi nombre es Magnus Bane, en mi mundo está a punto de desatarse una guerra y necesito a todos los brujos posibles, incluyéndote a ti, hija de Trigón.

Raven se puso de pie y aún detrás del chico maravilla respondió.