𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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~Hina, no seas ingenua~

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👑Hinata Tachibana👑

¡¿QUE ANOCHE HICISTE QUÉ?!

Es el día siguiente; sábado para ser más precisa. Realizar llamadas por teléfono es algo que comúnmente suelo hacer cuando tengo algún chisme que contar. En esta ocasión, tuve que recurrir a los oídos de Mariana para ser conocedora de la situación. Le conté absolutamente todo. Desde mi inesperado e inoportuno encuentro con Hanagaki hasta nuestra pequeña huida de la escuela al restaurante de comida rápida y la parada en el parque. A fin de cuentas, jamás le conté la verdadera razón de mi escape. Es más que obvio que su reacción al enterarse de cada detalle, iba a ser así de intensa y pasmada como lo supuse. Apuesto que ahora mismo debe de estar en su recámara. Sabiendo la hora que es, recién debió arribar a su hogar después de su terapia de la marcha.

–Como que en tu casa pueden escuchar todo, ¿No? –le indago, indicándole a Mariana que baje el volumen de su voz. Siempre suele hacerlo cuando se shockea. Enrollo un trozo de mi cabello coral entre mi dedo índice, acomodando mi posición en la cama.

¡Con razón me pediste que te cubriera! ¡¿Cómo no lo pensé antes?! –ahogo la risa mientras la escucho gritar desde la línea. –¡¿Pero cómo?! ¡¿Literal te lo topaste en los pasillos así como así?! ¡¿Estuvieron solos pero sin ni una sola alma?! –vuelve a exclamar, pero ahora un poco más tranquila.

–Créeme, sigo sin creer que ese debilucho era él. –admito. –¡Pero eso no es el punto! –recalco. –Ay Mariana, no sabes lo nerviosa que me puse. –digo con angustia. Me acuesto, dejando caer mi cabeza en las almohadas. –Mis manos sudaban como un animal y mi corazón latió tan rápido que apenas podía respirar. –exhalo. –Fue tan lindo. Me habló sobre cosas suyas que no sabía; dijo que se alegró de haber desperdiciado su boleto... –sonrío, rememorando aquella mágica noche. –Se portó como si fuese otra persona. Como un verdadero príncipe.

Hina... –la peli castaña clara me nombra. –¿No crees que solo lo hizo por compromiso? –me cuestiona, dejándome un poco dudosa. Digo, no es por querer pincharte el globo. Pero se me hace insólito que Hanagaki actúe de esa forma con una chica; sobretodo contigo. Comparándote con las otras que usualmente convive y coquetea, quizás te esté tomando el pelo.

–¡Te juro que no me coqueteó en ningún instante! –recalco. –Yo no sabía que jugaba béisbol de pequeño.

¿Y eso que tiene que ver? –pregunta sacada de onda.

–¡Que soy la primera persona que lo sabe! ¡A ni una sola chica se lo ha confesado! –exclamo.

Amiga, que te comente algún dato insignificante del pasado no te hace la ganadora de la lotería. Quizás solo te lo contó porque no tenía nada mejor que decir. ¡¿Qué no ves su peinado de mango chupado?! ¡Literal es lo mejor que se le pudo haber ocurrido en su tiempo libre! –la oigo vociferar. Es la amiga que más me apoya con el tema de Takemichi Hanagaki, pero parece que ya está comenzando a cruzar sus límites. –Es como si yo te dijera que ayer me comí unos mochis de matcha y de fresa Hinata. Nada garantiza que lo haya dicho con la intención de querer compartir algo de su vida contigo.

–No lo sé Mar. –niego con las dudas hechas bola. –Igual tengo fe de que no es tan malo después de todo... –suspiro derrotada contemplando el techo de la habitación. –Quise disimular mis nervios. Era la primera vez que por fin me atreví a curarlo. No tienes idea de cuánto me asusté cuando lo vi todo golpeado.

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⏰ Última actualización: Feb 02 ⏰

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𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 || 𝐇𝐈𝐍𝐀𝐓𝐀 𝐓𝐀𝐂𝐇𝐈𝐁𝐀𝐍𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora