Pregnant 《YiZhan》

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—Liying, cariño, detén esta locura. — pidió la señora Zhao a su hija. Liying llevaba días e incluso meses planenado el cómo iba a deshacerse de Zhan y sus hijos. 

Quería a Yibo para ella, no soportaba que el idiota de ese omega se acercara a él. Odiaba a ese omega por quitarle lo que más quería, pero esta vez no sería la excepción, llevaría a cabo su plan, mataría a Zhan y a sus bebés. 

—No, mamá, no lo dejaré pasar — su voz fría hizo temblar el pobre cuerpo de su madre —. Zhan morirá, Yibo quedará destrozado y estaré yo para consolarlo. Se enamorará de mí, nos casaremos y tendremos una vida de lujos como siempre lo hemos querido madre. Esto lo hago por las dos, mamá, confía en mí.

La señora Zhao sabía muy bien la locura que iba a cometer su hija. Liying no amaba a Yibo lo que sentía realmente era obsesión, ella merecía a alguien que la amara de verdad asi que tenía que hacer algo y rápido. Cuando vio salir a su hija pensó en algún plan para impedir la muerte de Zhan.

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Zhan acariciaba su enorme barriga, faltaban unas semanas para que sus bebés llegaran al mundo. Sus amados bebés eran esperados por toda la familia. Zhan observaba desde el marco de la puerta a su pareja, nunca imaginó tener una familia junto a Yibo. 

Cuando se conocieron ellos eran unos completos desconocidos que si no fuera por Liu, su mejor amigo, jamás lo hubiera conocido. La primera vez que se vieron fue en la escuela, Yibo y él tenían nueve años, y Zhan ocho, se llevaban por un año. Suspiraron al recordarlo, el teléfono sonó y caminó hacia el. 

—¿Bueno? 

—¡Yibo, que bueno que contestas! Tenemos un problema con los paquetes, aún no nos han llegado y le fecha de entrega era hoy. 

—¿Qué dices? — Zhan se adentró en la cocina para escuchar bien —. Ellos nos dijeron que para hoy iban a llegar. 

—Lo sé, será mejor que vengas a la empresa para solucionar este problema. Ya tenemos muchas quejas. 

—Lu, no puedo, estoy cuidando a Zhan. Avísale a mi padre.

—Esta bien, jefe, como usted ordene.

Yibo dejó el teléfono en su lugar, arrugó la frente. La empresa del extranjero los había hecho quedar mal.

—¿Todo bien, amor? — Yibo escuchó a Zhan. Se veía muy hermoso con su barriguita.

—Problemas, nada importante

—Ya lo sé, Yibo — no era estúpido, el sabía cuando Yibo ocultaba cosas —. Anda, ve, cariño, yo llamaré a mi madre para que me cuide. 

—No, Zhan, hace unos días me dijiste que no te dejara solo, que tenías miedo y eso hago.

—Pero la empresa te necesita.

—Tú me necesitas más, Zhan y  más ahora que llevas a nuestros hijos en tu vientre. Además, mi padre puede encargarse de eso.

—Esta bien, amor. Tú ganas. — dijo besándolo.

—Vamos a la habitación, necesitas descansar.

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Liying observaba en su auto como las luces se apagaban y no vio salir a Yibo de su departamento. Optó por el plan B. Bajó del auto, ponerse ropa negra fue la mejor decisión que pudo tomar al igual que el antifaz, así no daría sospechas de que fue ella. Ingresó al edificio donde el guardia estaba dormido y comenzó a caminar por los pasillos, entonces escuchó como una puerta fue abierta.

—¿En serio se te antojo unos cupcakes? — esa era la voz de Yibo

—Oh, vamos, tú mismo me dijiste que me ibas a complacer en todo, ¡ahora cumple con tu palabra!

—Esto debería llamarse maltrato al esposo — Liying se escondió entre las cortinas. Agradecía que fueran largas. Yibo se perdió en el pasillo. 

Esta era su oportunidad.