Explosión de emociones

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Renuncia de derechos y esas cosas, no soy dueño de los personajes ni obras utilizadas en esto.

Un caso que parecía completamente irreal, uno que solo podría ocurrir en la ficción y aún así, había sucedido; un total de cinco hermanas habían nacido, unas quintillizas.

Después de que la madre de estas muriera, su padrastro fue quien se encargó de cuidar de ellas. Él era un hombre ocupado, alguien que raramente pasaba tiempo con ellas.

Conforme fueron creciendo, cada una de ellas fue adoptando gustos y ambiciones distintas- eran cinco mundos diferentes sin duda alguna. Sin contar sus rostros, había algo más en la que las cinco coincidían; todas eran malas en los estudios. Para solucionar aquel problema, el padrastro de las hermanas contrató a un tutor particular. Al igual que ellas, él era un estudiante de preparatoria.

Para el joven tutor no fue nada fácil enseñar al grupo de chicas, algunas de ellas cooperaron sin dar muchos problemas, mientras que otras se negaron en un comienzo, hasta que eventualmente el chico logró hacer que las cinco aceptaran poner de su parte, llegando al punto en el que todas fueron capaces de graduarse de la preparatoria.

Resultó imposible para las hermanas no enamorarse de su tutor, sin embargo, solo había espacio para una de ellas la vida del chico, solo una podría permanecer con él. Con el pasar de los meses, él también se enamoró de una de ellas; una chica llamada Yotsuba Nakano, la cuarta hermana, fue a la que él escogió y expresó su aprecio.

Como cualquier persona, las cuatro restantes no pudieron hacer más que alegrarse por su hermana; aunque no fuera la resolución que habían deseado, cada una tenía que aceptarlo y seguir adelante. Sus vidas no habían terminado por ello, todavía había mucho más adelante de ella.

En el interior de un apartamento en un gran edificio- el cual tenía cerca de la entrada una placa con la palabra "Nakano" inscrita en ella- una joven sentada en un sofá disfrutaba de mirar la televisión, mientras que otra chica con un rostro idéntico al de ella se encargaba de cocinar.

La joven en la cocina miraba de reojo a la otra, no esperaba que ella le dedicara algunas palabras como tampoco que realizara cierta acción. Tal parecía que solo estaba interesada en su tranquilo comportamiento.

-Nino.- Llamó a la que parecía ser su hermana.- Decidí no ir a una universidad para ir a una escuela de cocina.- Expresó su deseo.

La chica tenía un cabello color rosado recogido en forma de cola de caballo, posiblemente para facilitar la tarea de cocinar. La joven que descansaba en el sofá tenía el cabello del mismo color, con la diferencia de ser más corto, llegando solamente hasta sus hombros, además de tener unos adornos de mariposa en el.

-Ya me lo habías dicho antes...- Respondió Nino sin despegar su mirada del televisor. No era que el programa que miraba fuera tan atrapante como para prestar poca atención a su hermana, sino que realmente no estaba interesada en hablar con ella en ese momento.

-Ichika dijo que continuará con su carrera de actriz e Itsuki quiere cumplir su sueño de ser maestra, ¿tú qué piensas hacer?- Preguntó yendo al punto que quería llegar.

-¿Es eso lo que te preocupa? Todavía tengo tiempo para pensar en eso. Miku, deberías concentrarte más en eso que tienes ahí o se te quemará, aunque tampoco sería la primera vez que pasa...- Le respondió aún sin mostrar interés aparente en continuar con aquella conversación.

Miku soltó un suspiro ignorando la extraña provocación que su hermana había hecho.

-Aún sigues pensando en él, ¿no?- No hubo necesidad de que Miku especificará de quién hablaba, para Nino era evidente que se trataba de aquel que había sido su tutor y de quien se había enamorado.

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