I need you to Stay (Shifting)

✿ڿڰۣ-Cuando todo comenzó ✿ڿڰۣ-

-¿Ya viste? -

-Si, ¿de donde vendrá? -

-¡Que miedo! -

-No te acerques puede hacerte daño-

-¿Por que su piel y sus cabellos son así? -

-¡Que raro! -

Los niños seguían murmurando cosas, Izana frunció el ceño, no eran ni discretos, podía escucharlos claramente y empezaba a irritarse, recargando su barbilla en su mano continuó viendo por la ventana.

"No pasaré aquí mucho tiempo" Se repita constantemente ese pensamiento, pero dentro de su corazón sabía que aquello no era verdad.

Un ligero Jalón de ropa le hizo descender la mirada, unos pequeños ojos verde claro lo observaban fijamente, su dueña una pequeña niña de 4 años quien tenía entre sus manos un libro infantil, ella le sonreía alegremente.

-Oye, ¿Sabes leer? ¿Puedes leer lo que dice el libro?-

-Si, puedo hacerlo- la niña sonrió aún más- ¡¿Que haces?!- la infante había escalado la silla y se encontraba sentada en sus piernas

-Léeme el cuento hermano mayor, ¡por favor!-

-¡¿Por que yo?!-

-Por que sabes leer y Yui no sabe, por cierto ¡mi nombre Yui, Suzuki Yui! Mucho gusto hermano Izana Korokawa- el chico alzó los ojos en fastidio, cargando bien a la niña abrió el libro para empezar a leerlo

"Todo había comenzado aquel día en que nos encontramos en el orfanato... Esta historia empezó realmente ese día"

Un día de otoño, año 1994

-¡Hermano espera! !¡No camines tan rápido! -

-Entonces no me sigas- Izana no se había dignado ni siquiera a voltear para responderle

-¡No quiero! ¡Yo quiero estar con mi hermano! -

-Eres molesta-

-¡No es culpa mía tener piernas cortas tengo 4 años! -

-¡Solo deja de seguirme garrapata! ¡Eres súper molesta! -

-¡No quiero!- al niño se le salto una vena por el enfado, aquella mocosa no lo dejaba ni a sol ni a sombra, siguiéndolo todo el rato, le molestaba en sobremanera.

No entendía por que se pegaba a el como chicle, por más que Izana la insultara o le gritara la niña simplemente no se iba, solo lo miraba con una sonrisa y aquellos ojos brillantes, no terminaba por comprenderlo. De pronto sintió como alguien le jalaba su abrigo, la niña se había colgado de él.

-¡Te atrape! ¡Ahora puedo ir a tu ritmo, ja!-

-Vas a caerte si camino más rápido-

-¿De verdad serias tan malo? -

-¿Quieres comprobarlo? No me importa si te estampas de cara contra el suelo-

-¿Cuanta maldad hay en ti? - ella lo miraba en reproche, luego soltó una risita- ¡Bromita! Vamos hermano mayor, no seas así, yo quiero pasar tiempo contigo, no quiero estés solo, así que déjame acompañarte, por fis-

-Aunque te diga que no, vendrás de todos modos garrapata, así que apúrate- ella sonrió, aunque no le dio la mano ella se agarro de la manga del abrigo y ambos empezaron a caminar

-Mira hermano, ¡el primer copo de nieve del invierno!- Izana alzó su vista hacia el cielo, pequeños copos caían de este

-Sería la primer Nevada tonta-