Dos 🧨

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Los dos hijos menores jugaban en una zona apartada del vecindario con los gemelos "Enjis" apodados así desde que se dieron a conocer por su apariencia sucia, despreocupada y desaliñada.

Yuna se metió en un barril de acero que hurtaron de algún vecino, los cuatro niños hicieron aquel ex contenedor de basura al suelo y con un fuerte empujón de pies Yuna metida en ese barril rodo cuesta bajo de una pequeña colina.

Choco contra un árbol, después se vio si cabellera bicolor salir de ese barril.

—¡Eso fue increíble! — grito la pequeña de los Ryoumen, después vomito en el suelo.

Los niños hicieron sonidos y muecas de asco.

—¡Me toca! — grito Yukiji.

Juntos subieron el barril desde el inicio de la colina Yukiji no espero más y se adentró al contenedor.

—Sujétate las bolas— Renji le grito con un tono divertido apunto de patear el barril pero Yuna fue más rápida que él y arrojo a su hermano con más fuerza de la necesaria dejando el sonido de su risa infantil como eco.

Yukiji comenzó a girar y girar muyr rápido, tanto que incluso las rocas en su camino eran sobrepasadas con intensidad, nunca freno ya que una de esas rocas le sirvió como impulso sobre pasando más de la colina girando hasta territorios desconocidos.

Los gritos de Yukiji se intensificaron incluso se le escuchaba llorar.

—¡Ah! Se fue muy lejos— grito uno de los gemelos comenzando a correr hacia donde se diría ese barril desenfrenado.

Yukiji sintió chocar con una estructura pero el impacto y las demasiadas vueltas le tenían aturdido.

—¿Qué mierda fue eso? — Una voz grave de pre adolescente se escuchó.

Yukiji estaba encima de una pequeña choza construida con láminas y madera vieja.

—Oh no, ¡son niños grandes, corran! — Los gemelos y Yuna se asustaron y corrieron, abandonando a Yukiji.

El niño de cabellos morados aun no había salido de su shock, sintió su brazo ser halado con fuerza e inmediatamente fue arrojado al suelo con brusquedad, se quejó del dolor y estando en los suelos comenzó a tartamudear del susto, eran niños grandes incluso les estaba viendo un cigarro encendido a cada uno.

—Hola, Todou... lamento lo de tu casa— Yukiji intentaba disminuir su sentencia.

—No es mi casa bola de mierda— Todou lucia imponente y fuerte para tener catorce años, daba miedo— es mi casita de juegos y te va a costar arruinarla idiota.

Todou tomo de la playera a Yukiji amenazándolo y apuntando su fuerte y duro puño a su rostro.

El barril que había servido como entretenimiento cayó del techo de la casita distrayendo a Todou unos segundos, tiempo que Yukiji no dejo pasar, se escabullo de su propia ropa y estando semi desnudo comenzó a huir de ese trio de niños grandes.

—¡Vuelve aquí mariquita! — Yukiji corrió más— ¡Que vuelvas aquí Ryoumen te voy a matar! — los tres niños grandes iniciaron la cacería.

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—Sukuna ¿Por qué hiciste eso? Sabes bien que no podemos pagar una tele lujosa— Yuji estando en el copiloto del auto había sido informado de la mentira y teatro que se armó su esposo.

—¡No me puedo permitir no tener uno! — Sukuna ataco— además se dijeron cosas de las que no me puedo retractar— el alfa apretó los dientes y fruncía el ceño, le desmotaría a los vecinos que es cool sobre todo a ese alfa albino presumido.

Los RyomenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora